Mosaicos de plumas
Un mosaico de plumas es como un gran rompecabezas compuesto por secciones coloridas que se trabajaban por separado y que finalmente se armaban sobre un soporte general.
Algunos de los objetos estaban adornados con pieles de animales, cascabeles y ornamentos hechos de oro y piedras pulidas.
Atar o anudar plumas, como lo describe Sahagún en la Historia general de las cosas de Nueva España, se consideraba “otra manera de fabricar el artefacto que es solamente con cordelillos e hilos de pita [agave]”. Aunque el franciscano nada más dedicó algunos párrafos a la descripción de esta técnica, se sabe que primero debía hacerse una estructura ligera con varillas, redes, textiles o esteras, que después se revestiría de plumas, atadas o cosidas. Con la técnica de la pluma atada se podían anudar miles de ellas de manera consecutiva y lineal; sujetar largas plumas a una red o un textil, y elaborar colgantes, borlas y bordes, entre otros elementos.
Imagen: En estas viñetas se muestran las técnicas de los amantecah para atar las plumas. Códice Florentino, lib. IX, f. 66v-67r. Fotos: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Laura Filloy Nadal. Restauradora por la Escuela Nacional de Conservación, INAH, tiene una maestría y un doctorado en arqueología por la Sorbona de París. Es curadora asociada de las colecciones de América antigua en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Filloy Nadal, Laura, “Mosaicos de plumas”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 111, pp. 48-61.