El que su dios principal corresponda, según Thompson, al llamado dios M en la clasificación de Paul Schelhas, identificado por varios mayistas con el dios Ek Chuah (“alacrán negro”), lleva a recordar que también era protector de los que cultivaban cacao, al igual que de los mercaderes. Aparece este dios representado en el Códice de Madrid una veintena de veces y en varias formas. Una recurrente es la que ostenta su cuerpo pintado de negro y se halla varias veces en la página 51.
Hay que reconocer, sin embargo, que la información de la que se dispone en las fuentes acerca de los pochtecas en el mundo náhuatl es más abundante y precisa que la tocante a los mayas. Añadiré sólo que en un mural de Santa Rita Corozal, en Belice, se contempla, al parecer, esa misma deidad.
En el Tonalámatl, además de las tres series de representaciones de los cinco dioses ya nombrados, se señalan con puntos y barras las ofrendas que los pochtecas hacían en diversas circunstancias, bien sea al momento de emprender una expedición comercial, al llegar a su destino o a su regreso. También se registran varias fechas que, según los informantes de Sahagún, correspondían a esos momentos. Entre tales fechas se hallan 1 cóatl, “camino recto”, la cual se contempla al lado de otra encrucijada de caminos con varias ofrendas; o las de 1 cipactli, 1 ozomatli, 7 cóatl.
Tomado de Miguel León-Portilla, “Los dioses de los pochtecas”, Arqueología Mexicana núm. 122, pp. 42-47.
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