Los cenotes y la cosmovisión maya

Alicia M. Barabas

El gran acuífero de la península de Yucatán. Su importancia y los riesgos que corre en el presente

Los cenotes o cuevas inundadas abiertas, d’zonot en idioma maya peninsular, son el resultado de los hundimientos del suelo calcáreo que permiten el afloramiento de agua dulce proveniente de acuíferos subterráneos. Constituyen el elemento más destacado del paisaje natural de la península de Yucatán, donde no existen corrientes de agua superficiales con excepción del río Hondo.

Se calcula que sólo en el estado de Yucatán hay de 7 000 a 8 000 cenotes (Beddows et al., 2007). Han sido siempre vitales para la población por ser la mayor reserva de agua dulce con la que contaban; por ello era frecuente que los asentamientos prehispánicos se ubicaran cerca de cenotes y que los caminos se dirigieran a ellos.

Los antiguos mayas conocían el mundo subterráneo de su territorio, y cenotes y cuevas destacaban en la geografía sagrada, la cosmovisión y la vida ritual. Los mayas contemporáneos han heredado de sus ancestros esos conocimientos y en los rituales realizados en los cenotes invocan por su nombre a la entidad extrahumana que es el “dueño” de cada uno de ellos.

Son concebidos como lugares sagrados de origen de la vida y de los linajes, morada de deidades, umbrales de tránsito entre el mundo de los vivos y el inframundo en el camino hacia Xibalbá, la morada de los muertos. Algunos cenotes, como Holtún en Chichén Itzá, se relacionan con fenómenos astronómicos y calendáricos (De Anda et al., 2019).

Para los mayas actuales, narra Luis Martos (2007), en el fondo de los cenotes habitan los chacoob, dioses de la lluvia, los aluxes, duendecillos traviesos, y la serpiente gigante, sukan, que cuida los mantos de agua. Hoy en día se extrae el “agua virgen”, profunda e incontaminada, para los rituales de pedido de lluvia, cha’a chac, que suelen realizarse junto a la boca de los cenotes, donde se instala la mesa ritual, tal como antes se erigía un pequeño templo.

Imagen: Gran Cenote, cerca de Tulum. Sistema Sac Actún, Quintana Roo. Foto: Ken Thomas / Wikimedia Commons.

Alicia M. Barabas. Licenciada en ciencias antropológicas por la Universidad de Buenos Aires. Maestra y doctora en sociología por la unam. Profesora investigadora emérita del INAH. Investigadora nacional nivel III, SNI-Conacyt.

Barabas, Alicia M. , “El gran acuífero de la península de Yucatán. Su importancia y los riesgos que corre en el presente”, Arqueología Mexicana, núm. 176, pp. 78-79.