Los pueblos indígenas frente a los megaproyectos

Alicia M. Barabas

Los llamados megaproyectos, o proyectos de gran escala, son grandes obras de infraestructura para el desarrollo que integran variados y, por lo general, numerosos emprendimientos. Tienen en común con los proyectos extractivistas (minería, explotación petrolera) que ambos producen fuertes afectaciones sobre el medio ambiente. Con gran frecuencia se llevan a cabo en los territorios ancestrales de los pueblos originarios, donde suelen encontrarse los recursos, el paisaje o la ubicación geográfica que requieren. Ya se trate de grandes presas hidroeléctricas, supercarreteras, proyectos turísticos, parques industriales u otros, estos emprendimientos considerados de interés nacional conllevan críticos procesos de cambio social para las poblaciones ubicadas en el espacio de sus intereses. Las grandes dimensiones o gigantismo de las obras, la amplia extensión territorial que tratan de abarcar, la necesidad de obtener la tierra y los recursos de los que viven en esas áreas –aunque sean pueblos originarios–, el margen temporal adjudicado a la realización de la obra, son factores que presuponen despojo territorial, desplazamientos involuntarios y reubicaciones de población, así como cambios rápidos y profundos en los modos de vida y la cultura de esos pueblos, que de “futuros beneficiarios” se convierten en “afectados por las obras”. Una de sus más graves consecuencias, que causa controversia internacional, es que los múltiples impactos ambientales suelen conocerse a posteriori de las obras, cuando ya son irreversibles.

La confrontación de visiones del mundo y axiologías que ponen en evidencia los megaproyectos no es menor, ya que se trata de dos lógicas  opuestas en la concepción del desarrollo y del bienestar. La lógica dominante, que lo entiende como crecimiento económico y a éste como sinónimo de bienestar y progreso, y que se realiza a costa de la destrucción de la naturaleza y la desarticulación de las comunidades e identidades colectivas. En el otro lado, la lógica de los pueblos indígenas, que a partir de sus formas de concebir y valorar el mundo y de sus necesidades e intereses piensan, y cuando les resulta posible llevan a cabo, un desarrollo sustentable a escala humana que convive con la naturaleza y que prioriza los proyectos comunitarios y la reciprocidad social, para obtener el bienestar colectivo e individual.

Imagen: Regada de frutas. Mayordomía de la Santa Cruz Pasión Verde Ojo de Agua. Zapotecas binnizá de Tlacotepec, Oaxaca. Foto: Carlos Maldonado.

 

Alicia Barabas. Licenciada en ciencias antropológicas por la Universidad de Buenos Aires. Maestra y doctora en sociología por la UNAM. Investigadora en el Centro INAH Oaxaca, especializada en el estudio de las religiones indígenas.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Barabas, Alicia M., “Los pueblos indígenas frente a los megaproyectos (parte I)”,  Arqueología Mexicana, núm. 172, pp. 86-87.