Los planos del universo mesoamericano combatían en el juego de pelota. Este objeto forma parte de la parafernalia de esta práctica ritual, si bien es poco probable que se utilizara durante el juego. El conjunto llamado yugo-palma-hacha consta de representaciones en piedra, empleados acaso como trofeos, de objetos probablemente realizados con materiales perecederos o frágiles, como papel y plumas. La función del objeto original se desconoce. Los fragmentos de palma fueron localizados en las cercanías de Xalapa, en dos temporadas de excavación distintas realizadas, curiosamente, por el mismo arqueólogo, Ramón Arellanos, investigador de la Universidad Veracruzana. Posiblemente haya sido elaborada en la zona de Tajín, pues se ve un personaje acuclillado sobre un pequeño templo adornado con nichos, que recuerda la arquitectura de aquel sitio. El fondo está decorado con volutas, vírgulas y ganchos, una especie de cielo con intenso movimiento. El objeto que el personaje sostiene con la mano derecha, rematado en una forma abultada, podría ser un mazo o un instrumento musical, lo que indicaría que se trata de un sacerdote, un guerrero o un dignatario. En todo caso, los poderosos podían reunir todas esas funciones y éste podría estar presidiendo una ceremonia.
La pieza representa no sólo la importancia de la práctica ritual del juego de pelota, sino los alcances de la fama de cada lugar en el que se practicaba. Es probable que por la forma en que se alude al estilo de Tajín, sitio de gran prestigio y que posee 17 canchas, fuera motivo de orgullo para el poseedor de la pieza.
Tomado de Maliyel Beverido Duhalt, “Palma”, Arqueología Mexicana, edición especial 22, Museo de Antropología de Xalapa, p. 43.