Las representaciones del dios de las tormentas en Xochicalco, Morelos
Poco más de 30 placas de arcilla y algunos fragmentos de ellas fueron recuperados en la terraza donde se localiza la Gran Pirámide. Su forma general es rectangular y las medidas promedio son de 11 por 11.5 cm y un espesor máximo de 4 cm. La imagen central representa la cara del dios flanqueado por un halo de líneas perpendiculares.
Sus ojos presentan las típicas anteojeras, además de la característica bigotera y los colmillos. En algunos casos, la boca se muestra como la de un viejo, con sus arrugas bien marcadas a los costados. Salvo las que están rotas, todas las imágenes muestran orejeras circulares.
El tocado está formado por un atado de cuatro plumas. Aunque en muchos casos ya desaparecieron, es claro que todas las piezas presentaron manos, cada una sosteniendo un relámpago y una escobetilla. Al borde de las placas, enmarcando el rostro, se encuentra una cenefa con volutas que podrían interpretarse como nubes, humo o viento.
Algunas placas tienen una especie de espiga que suponemos servía de apoyo para que la jarra no se venciera con el peso, así como restos de estuco y evidencia de pintura roja.
Imagen: Placas del dios de las tormentas. Foto: Archivo Proyecto Xochicalco.
Claudia I. Alvarado León. Doctora en estudios mesoamericanos por la UNAM. Posdoctorante Conacyt en el Centro INAH Morelos. Estudia los procesos sociopolíticos y sus implicaciones en la organización de las ciudades del Epiclásico del Centro de México.
Silvia Garza Tarazona. Maestra en arqueología por la ENAH. Investigadora del Centro INAH Morelos. Se ha especializado en la arqueología de Xochicalco.
Alvarado León, Claudia I. y Silvia Garza Tarazona, “Las representaciones del dios de las tormentas en Xochicalco, Morelos”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 20-25.