Serpiente-Xólotl y las ofrendas de 9 Viento

Manuel A. Hermann Lejarazu

A lo largo del Códice Vindobonensis se representa un extraordinario relato sobre el origen del mundo mixteco que va más allá de un mito enfocado, únicamente, al surgimiento del Sol, al nacimiento de la humanidad o al primer brote del maíz. En efecto, en las 52 páginas del códice se van entretejiendo una serie de narrativas sobre la invención del calendario, la instauración de las primeras ceremonias y fiestas del año, el comienzo de la temporada de lluvias, la fundación de los primeros lugares y señoríos, el ordenamiento del mundo, en fin.

Un personaje central que desempeña un papel muy relevante dentro de los relatos de creación es el dios 9 Viento, Tachi (viento en mixteco), pues no solamente se describe su aparición milagrosa de un pedernal, sino que lleva a cabo la mayoría de tareas y acciones que dieron principio al universo mixteco.

Esta serie de relatos o historias sobre el origen del mundo se encuentran representados en la mayoría de los códices mixtecos prehispánicos. No obstante, es necesario comentar que el formato de libros o tiras plegadas de piel no fue el único soporte que transmitió las narrativas míticas o los grandes hechos de los gobernantes, sino que también se emplearon otros materiales como la madera, el hueso, la piedra y, desde luego, la cerámica. Justamente, vasijas, platos, vasos, cántaros y otros recipientes de cerámica policroma fueron el vehículo esencial para transmitir historias entre las elites gobernantes.

Un extraordinario ejemplo lo tenemos en el afamado vaso o vasija de Nochixtlán que se exhibe, actualmente, en la Sala Oaxaca del Museo Nacional de Antropología. La pieza formó parte de la colección del oaxaqueño Fernando Sologuren quien la vendió, junto con otras vasijas, al entonces Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, alrededor de 1907 (Sellen, 2005, p. 7).

El magnífico recipiente de forma globular ha sido estudiado por los más destacados mesoamericanistas, como Seler, Caso, Nowotny, Paddock y Pohl. Por razones de espacio, sólo me remitiré a dos importantes trabajos que han realizado observaciones detalladas sobre la vasija: López Austin (2001) y Urcid (2014).

En la página 48 del Códice Vindobonensis se representa el descenso de 9 Viento mediante una cuerda, acompañado de sus naguales —un águila y una serpiente— que portan objetos rituales. Al llegar a Tilantongo, es recibido con ofrendas por varios personajes, entre ellos 8 Lagarto, quien esparce tabaco, y una pareja con cabeza de perro adornada con jade, turquesa y oro. Estos últimos, posibles representaciones mixtecas de Xólotl, son gemelos y desdoblamientos de 9 Viento, ya que comparten varios elementos distintivos de su indumentaria.

Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-CDMX Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Tomado de Manuel A. Hermann Lejarazu, “Serpiente-Xólotl y las ofrendas de 9 Viento”, Arqueología Mexicana, núm. 193, pp. 16-17.