Eduardo García Wigueras Ibarra
En Atzompa se continuó un patrón iniciado en Monte Albán. Por lo general hay una tumba muy elaborada debajo del cuarto principal de la casa, cuyo acceso se encuentra orientado hacia el patio hundido; por lo común, en esa tumba yacen los restos de una pareja, puede haber un enterramiento primario y otro secundario, y tanto al interior como al exterior de la casa se encuentran varios enterramientos en su mayoría de infantes.
El patrón de enterramientos humanos zapoteca de Monte Albán tiene una estrecha relación con el de Atzompa, debido a que los entierros estaban asociados a las casas, ya sea de gente común o de personajes de la elite. En el caso de los primeros, los entierros se hacían en los costados de las unidades habitacionales: en una estructura simple o directamente sobre la tierra, con una ofrenda sencilla. Por el contrario, en las casas asociadas a personas de cierto estatus, se fabricaban estructuras arquitectónicas como cistas o tumbas, que requerían un trabajo mayor y debían ser terminadas antes de que la casa o palacio fuese edificado encima. Tal es el caso que hemos encontrado en Atzompa, aunque con sutiles variaciones, sobre todo en la arquitectura de las tumbas.
En Atzompa se continuó un patrón iniciado en Monte Albán. Por lo general hay una tumba muy elaborada debajo del cuarto principal de la casa, cuyo acceso se encuentra orientado hacia el patio hundido; por lo común, en esa tumba yacen los restos de una pareja, puede haber un enterramiento primario y otro secundario, y tanto al interior como al exterior de la casa se encuentran varios enterramientos en su mayoría de infantes. Estos enterramientos posiblemente se llevaban a cabo al mismo tiempo que se iba clausurando la casa, ya que algunos se ubican dentro de los cuartos, patios, pasillos, accesos, y otros fuera; junto a estos entierros ocasionalmente se encuentran concentraciones de cerámica, tal vez colocada en un ritual de cancelación de la casa. En este artículo se muestra cómo ese patrón se rompe en cuanto a las casas de mayor estatus en Atzompa.
Tumba 1
Del enterramiento en cista, el mejor ejemplo se encontró al oeste de la Plaza I, aproximadamente a un kilómetro del área nuclear en dirección sureste. La cista tiene forma rectangular, y aunque se trataba de un contexto alterado, al interior se descubrieron los restos de dos individuos adultos de sexo masculino, además de huesos de un cánido y como ofrenda sólo dos fragmentos de una urna, una orejera de cerámica y un fragmento de una nariguera en forma de caracol elaborada en hueso. Este enterramiento fue encontrado aislado, no había evidencia de que estuviera relacionado con alguna estructura, como una casa o altar.
Tumba 2
Se encontró en una unidad habitacional, cerca de la Plaza I. Esta tumba estaba debajo del cuarto principal de la residencia. Un orificio reveló su presencia y luego se identificó el acceso original, el cual estaba cubierto por una serie de piedras colocadas en el patio. Al retirar las piedras apareció un dintel que enmarcaba el acceso. Dentro de la tumba se encontraron dos individuos, uno masculino y otro femenino, junto a una ofrenda con varios objetos. Destacan cuatro urnas en pares, las cuales son representaciones de personajes femeninos y masculinos, y muestran una rica ornamentación. Están elaboradas en cerámica moldeada y modelada con decoración al pastillaje, en colores rojo y negro. Además, se encontraron dos cajetes, un sahumador y un tecomate.
La arquitectura de la tumba es simple: una fosa rectangular excavada directamente en la roca, a la cual se le agregaron bloques de piedra para los acabados de los muros. La cubierta está elaborada con lajas dispuestas en forma de bóveda.
En la misma unidad habitacional, en el acceso de uno de los cuartos, se localizó el enterramiento de un infante. Se trata de un entierro primario directo, en posición decúbito ventral extendido. Dentro de otro de los cuartos, bajo el nivel del piso, se encontró una cista, en cuyo interior había un entierro múltiple compuesto por tres individuos: dos infantes y un sub-adulto.
Cerca de esta unidad se localizó otro entierro dispuesto en una fosa, asociado a objetos de lítica tallada y gran cantidad de cerámica.
Eduardo García Wigueras. Arqueólogo por la enah. Colaborador del “Proyecto Arqueológico Conjunto Monumental de Atzompa”.
García Wigueras, Eduardo, “Sistemas funerarios de Atzompa”, Arqueología Mexicana núm. 126, pp. 44-47.
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