La fundación de México-Tenochtitlan (f. 8r)
Sin duda, la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlan es un momento crucial en la historia del pueblo mexica. En varios códices se puso particular interés en su descripción mediante textos tanto en español como en náhuatl, así como en imágenes. Es necesario hacer notar que tanto unos como otras no poseen uniformidad; no se derivan de una sola fuente ni recibieron el mismo tratamiento iconográfico y formal. Se trata de versiones con interesantes variantes que han sido estudiadas desde diversas disciplinas por numerosos investigadores nacionales y extranjeros. De este importante acontecimiento sólo ha sobrevivido un ejemplo prehispánico: el llamado Teocalli de la Guerra Sagrada, o del atl tlachinolli, estudiado por Alfonso Caso, espectacular pieza de escultura lítica, ahora en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. El Manuscrito 40 incluye una escena fundacional, con variantes como: la fecha 2 pedernal (técpatl), año de 1361; el nopal no parece crecer de la representación típica de la piedra (tetl), sino directamente de un ¿cuerpo de agua, un pedregal o un peñón?; el águila sostiene en el pico una especie de cruz griega; se muestra el altar primigenio (momoztli) como una capilla de formas arquitectónicas elaboradas; de manera especial, se incluye en la escena a mujeres nobles (cihuapipiltin) como en la Tira de Tepechpan; seis personajes se asocian a breves glosas que registran un diálogo de quejas sobre el futuro incierto de un pueblo que ha migrado durante décadas para encontrar el sitio que su dios patrono, Huitzilopochtli, les ha marcado para su final asentamiento; se mencionan personajes que aparecen en otros relatos, como Axolohua, quien se vincula al episodio de la bajada a las profundidades del lago con el objeto de visitar a Tláloc y pedir el correspondiente permiso para la fundación; también se nombra a otros caudillos, como Cuauhcóatl y Cuauhtlequetzqui; el primer sacrificado durante la fundación se llama Chichilcuáhuitl (“árbol rojo”) y se le adscribe el rango militar de tlacatécatl de Colhuacan. Poco conocido, el Manuscrito 40 nos proporciona una versión más, escrita y pintada, del inicio del destino manifiesto de los mexica-tenochcas que, con el tiempo, se transformó en nuestro emblema nacional.
La base de la información fue un antiguo xiuhámatl o libro de los años, una forma de registro anual que tiene sus antecedentes en la etapa prehispánica. A esta cronología se agregó una segunda parte con los sucesos posteriores a la conquista hispana, hasta finales del siglo XVI. Se nota una falta de claridad por parte del pintor indígena para correlacionar los calendarios indígena y europeo, sin embargo, mantiene la organización –en diferentes maneras– de la información, como la secuencia de glifos anuales. En el inicio se agregó una nota escrita en español donde se da noticia general del contenido. Sin olvidar registrar las importantes ataduras de años (xiuhmolpilli), rituales que se practicaban cada 52 años, la historia comienza con la salida de Aztlan y continúa hasta el asentamiento “a orillas del lago”, la fundación de México-Tenochtitlan (f. 2r a f. 7v). La segunda parte (f. 8r a f. 14v) abarca la historia principalmente de la rápida expansión de las conquistas militares en el marco de sucesiones dinásticas de los tlatoque (gobernantes) tenochcas. La tercera parte (f. 15r a f. 19v) cubre desde la llegada de los españoles en 1519 hasta 1569 o 1573. Se notan dos interrupciones en la cronología, de 1312 a 1363 y de 1559 a 1563. En el texto se han detectado pasajes similares a los que encontramos en la Tercera y Séptima Relaciones de Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, el Códice Aubin de 1576 y la Crónica Mexicáyotl de Hernando Alvarado Tezozómoc.
Fecha de elaboración
El documento pictográfico original pudo haber sido realizado entre 1573 y 1594. La copia que reseñamos se ha ubicado a finales del siglo XVII o principios del siguiente.
Lugar de origen
México-Tenochtitlan.
Tomado de Xavier Noguez, “Manuscrito Mexicano no. 40 de la Biblioteca Nacional de Francia”, Arqueología Mexicana num- 130, pp. 14 - 15.