Especialistas del INAH llevaron a cabo el registro y la conservación de parte de una plataforma del periodo mexica, 40 m al suroeste del ex convento, hoy sede del Museo Nacional de las Intervenciones, así como de vestigios de arquitectura virreinal.
Asociados a la plataforma, se localizó un espacio abierto o patio, concentraciones de material de desecho y muros que restringían el libre paso, junto con un área habitacional en la que había cerámica relacionada con la producción de sal y piezas del proceso para manufacturar artefactos líticos, como puntas de proyectil (de obsidiana), y elaborar textiles, como agujas de cobre y malacates.
Se encontró también una ofrenda dispuesta bajo el piso para consagrar la construcción de la plataforma, compuesta de cerámica ritual: tres sahumadores policromos con mangos en forma de serpiente, figurillas humanas elaboradas en barro, restos de carbón y resina.
Otro elemento relevante que se encontró íntegro y del que se exploraron 13 m de largo es un tubo de cerámica encofrado con ladrillos. Tal vez se trate del sistema hidráulico que iba desde lo que hoy es Coyoacán hasta la huerta del Convento de Churubusco.
Por otra parte, se encontraron perdigones que formaron parte de un parque que explotó en el puente que precedía al conjunto conventual: testimonio de la cruenta batalla que se libró en ese lugar el 20 de agosto de 1847, para defender a la ciudad de México del avance de las tropas norteamericanas.
Noticia publicada en Arqueología Mexicana, núm. 125.
Si quiere adquirir un ejemplar