En las regiones donde no existe jadeíta, lejos del Motagua, Guatemala, y en especial fuera de la región maya, se han hallado otras piedras verdes (serpentinas, serpentinitas, filitas, cuarzos verdes y esquistos) que fueron empleadas como sustitutos, llamadas “jades culturales”, pues eran los materiales disponibles, ya que la piedra verde de mejor calidad –como la jadeíta verde imperial– era difícil de obtener y probablemente muy costosa. Por lo anterior, la presencia de jadeíta en otras partes de Mesoamérica no es común, como sucede en el Altiplano Central, donde generalmente se concentra en ofrendas y entierros como objetos de alto estatus, prestigio y poder. Dichas concepciones no eran ajenas a la elite tenochca y a la sociedad mexica, que emplearon diferentes piedras verdes en la lapidaria. Prueba de ello son los miles de objetos de varias tonalidades depositados en las ofrendas tanto en el recinto principal como en las estructuras que lo rodeaban.
Tomado de Emiliano Melgar Tísoc y Reyna Solís Ciriaco, “Objetos mayas de jadeíta en el Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 140, pp. 81-85.