Frances Berdan
En el México prehispánico y en los tiempos coloniales, diversos materiales y objetos se usaron como medios de intercambio, especialmente granos de cacao, mantas de algodón y hachas de cobre. Eran ampliamente aceptados como moneda y permitían el intercambio comercial, aunque ninguno de ellos poseía un valor establecido, como sucede hoy en día con el dinero.
En el siglo XVI en la Nueva España, el fraile dominico Diego Durán registró que en tiempos prehispánicos los esclavos eran intercambiados por grandes mantas de algodón (quachtli), ricas plumas y joyas de oro y piedras preciosas. Apuntó también que los mantos se intercambiaban por joyas, las joyas por plumas, las plumas por piedras preciosas y éstas por esclavos. Se trataba sobre todo de trueques, intercambios de mercancías por mercancías, y tal era quizás el más arraigado estilo de intercambio en los mercados del Posclásico Tardío mesoamericano. Aunque sólo tenemos unos cuantos ejemplos específicos que remiten a los tiempos prehispánicos, todas los bienes (no sólo los más caros) se hallaban seguramente disponibles para el intercambio por medio del trueque. Aun así, algunos tipos de monedas permitían los intercambios en los muchos mercados establecidos por todo el mundo mercantil del Posclásico Tardío. Los medios de intercambio, fueran por trueque o dinero, se registran en varios documentos coloniales tempranos. Aunque estas afirmaciones se refieren a menudo a la experiencia colonial temprana, muchas de ellas reflejan también comportamientos en tiempos precolombinos.
Tipos de dinero en la época del contacto
En Mesoamérica, al menos hacia el Posclásico Tardío (ca. 1350-1521), diferentes tipos de materiales y objetos funcionaron según se dice como medios de intercambio en los bulliciosos mercados. Se incluían entre éstos, especialmente, granos de cacao, mantas de algodón y hachas de cobre. Cascabeles de cobre, cuentas de piedras preciosas, conchas rojas, sal y cañas de plumas de ave rellenas con polvo de oro se mencionan menos a menudo como formas de dinero.
Muchos de estos bienes tenían una utilidad práctica. El cacao era una bebida de la elite en toda Mesoamérica. René Millon sugiere que el valor del cacao como una bebida de la nobleza sobrepasaba su importancia como medio de intercambio. Los hombres, especialmente los de la nobleza, vestían las mantas, aunque no hay evidencia directa de que esos tipos de manta (quachtli) fueran en efecto usadas, y de algunas variedades (tototlaqualtequachtli) se dice que eran muy pequeñas. Las hachas de cobre podían ser desde frágiles objetos tan delgados como el papel (a veces encontrados en depósitos rituales) hasta más pesados y que podrían haberse usado como herramientas.
Berdan, Frances, “Los medios de intercambio en la época prehispánica y la Colonia”, Arqueología Mexicana núm. 122, pp. 62-67.
• Frances Berdan. Doctora en antropología por la Universidad de Texas, Austin. Profesora emérita de antropología en la California State University, San Bernardino. Se ha especializado en cultura, economía e historia aztecas.
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