Cada año, el 7 de agosto, los mayordomos (tajtle, el que cuida) y las mayordomas (montle, la que cuida) de la iglesia del Calvario, acompañados de una larga procesión de hombres, mujeres y niñas portando velas, veladoras y flores, trasladan varias imágenes a la iglesia de Agosto.
Las veneradas imágenes son las de Totatzi Terno (Nuestro Padre Eterno) –también llamado El Aparecido o Dios Hijo–, la Virgen María y varias pinturas de Santos (Totatzi Lienzo, Nuestro Padre del lienzo), entre las que destaca la de San Lucas. En la iglesia de Agosto las imágenes permanecen por espacio de 15 días, fecha en la que son trasladadas por los mayordomos y mayordomas a la iglesia de la Virgen. Allí residen hasta el 9 de septiembre, día en que pasan a la iglesia de San Nicolás, hasta el 29 del mismo mes. Desde entonces y hasta el último domingo de octubre son alojadas en la iglesia de Los Reyes donde se celebra la culminación del ritual, después del cual, ya completada la peregrinación, regresan a su morada en el Calvario. Cada iglesia tiene un jefe y una jefa que son mayordomos viejos que cuidan de los santos mientras permanecen en cada una de ellas, pero el número de mayordomos varía de acuerdo con el número de adherentes de cada iglesia, que se afilian ya sea por preferencia religiosa o por lugar de residencia.
El ciclo de circulación de las imágenes por las diferentes iglesias del pueblo coincide con los momentos de la agricultura de temporal. El maíz que se ha sembrado a mediados de mayo se encuentra en la etapa de “milpa chica” (en crecimiento) en los comienzos de agosto. Para entonces, las imágenes se encuentran en la iglesia de Agosto y aún no han recibido ninguna ofrenda por parte de los fieles. A comienzos de septiembre, cuando la milpa empieza a “jilotear” (etapa de germinación del fruto), las imágenes se encuentran en la iglesia de la Virgen porque “ella es la que hace crecer la vida”. Hacia fines de ese mes se les ofrendan los primeros frutos de la milpa en la iglesia de San Nicolás, que aparece cubierta de flores y de una multitud de escudillas conteniendo atole de elote, que es producto del maíz más tierno. Ya en octubre, los santos son ampliamente agasajados en recompensa por la abundancia que han brindado al pueblo. En esta época la iglesia de Los Reyes es adornada dos veces por semana con mazorcas, plátanos, cañas de azúcar, guirnaldas de flores, figuras hechas con naranjas, bandejas de pan y otros bienes que se colocan en torno a las imágenes hasta el día en el que culmina la fiesta.
El último domingo de octubre las calles por las que pasarán las imágenes amanecen decoradas con arcos de caña y altares cubiertos de calabazas, sandías, melones y otros frutos. La organización y el desarrollo de la fiesta recae no sólo en los “mayordomos viejos” de las iglesias, auxiliados por sus cuadrillas de ayudantes, sino también en cada uno de los fieles que se congregan en las calles. Así, cuando las imágenes realizan el recorrido final que las llevará a la iglesia del Calvario a esperar el año siguiente, una multitud de personas se detiene ante los altares callejeros para solicitar, en náhuatl, perdón, ayudas y bendiciones, y para ofrecer limosnas y regalos a los santos, que son entregados a los mayordomos, quienes ofrecen una comida a todas las personas que quieran acudir, entre ellos los grupos de danzantes.
Alicia M. Barabas. Licenciada en ciencias antropológicas por la Universidad de Buenos Aires. Maestra y doctora en sociología por la UNAM. Profesora investigadora emérita del INAH. Investigadora nacional nivel III, SNI-Conacyt.
Tomado de Alicia M. Barabas, "Rituales contemporáneos de los nahuas de Tetelcingo, Morelos. Parte 2", Arqueología Mexicana, núm. 194, pp. 12-13.
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