El mito que aquí reproducimos fue escrito en 1558 y forma parte de la llamada Leyenda de los Soles. Se refiere al momento en que, una vez que Quetzalcóatl ha creado a los hombres, busca el alimento que habrá de sustentarlos. Para ello acude al Tonacatépetl o Montaña de los Mantenimientos, donde los tlaloques, ayudantes del dios de la lluvia, Tláloc, lo guardaban celosamente. Quetzalcóatl acude a su astucia para robar los granos preciosos y darlos como alimento al género humano. Cabe aquí hacer una advertencia: el hecho de considerar el lado de Tláloc como la montaña donde se guardan los granos o dones, obedece a los elementos presentes en el Templo Mayor, ya que según los datos parece ser la montaña en que habita el dios. A continuación el relato:
Luego dijeron: “han nacido los vasallos de los dioses”. Por cuanto hicieron penitencia sobre nosotros. Otra vez dijeron: “¿Qué comerán, oh dioses? Ya todos buscan el alimento”. Luego fue la hormiga a coger el maíz desgranado dentro del Tonacatépetl (cerro de las mieses). Encontró Quetzalcóhuatl a la hormiga y le dijo: “Dime adónde fuiste a cogerlo”. Muchas veces le pregunta; pero no quiere decirlo. Luego le dice que allá (señalando el lugar); y la acompañó. Quetzalcóhuatl se volvió hormiga negra, la acompañó, y entraron y lo acarrearon ambos: esto es, Quetzalcóhuatl acompañó a la hormiga colorada hasta el depósito, arregló el maíz y en seguida lo llevó a Tamoanchan. Lo mascaron los dioses y lo pusieron en nuestra boca para robustecernos.
Después dijeron: “Qué haremos del Tonacatépetl?”. Fue solo Quetzalcóhuatl, lo ató con cordeles y lo quiso llevar a cuestas, pero no lo alzó. A continuación Oxomoco echó suertes con maíz; también agoró Cipactónal, la mujer de Oxomoco. Porque Cipactónal es mujer. Luego dijeron Oxomoco y Cipactónal que solamente Nanáhuatl (el buboso) desgranaría a palos el Tonacatépetl, porque lo habían adivinado. Se apercibió a los tlaloque (dioses de la lluvia), los tlaloque azules, los tlaloque blancos, los tlaloque amarillos y los tlaloque rojos; y Nanáhuatl desgranó el maíz a palos. Luego es arrebatado por los tlaloque el alimento: el blanco, el negro, el amarillo, el maíz colorado, el frijol, los bledos, la chía, el michihuauhtli (especie de bledos); todo el alimento fue arrebatado (Leyenda de los Soles, 1995).
Matos Moctezuma, Eduardo, “Festividades practicadas del lado de Tláloc”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 81, pp. 32-33.