Consejo de Paleontología del INAH. Una nueva etapa
El patrimonio paleontológico se refiere al conjunto de bienes muebles (fósiles) e inmuebles (yacimientos) que son la evidencia del pasado geológico y biológico de una nación. En México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es, desde 1986, la institución encargada de llevar a cabo las tareas de protección y conservación de este patrimonio. En 1994 se crea el Consejo de Paleontología, que tiene una primera etapa entre 1994-2000 y una segunda de 2017 a la fecha, con el objetivo de asesorar a la Dirección General del INAH en materia de investigación, conservación, protección y difusión.
El estudio de la vida sobre la tierra a través de los fósiles
La paleontología nació como la “ciencia de las especies fósiles (o extintas)”. En aquel momento sólo se reconocían los restos corporales de los seres vivos del pasado, hoy en día el concepto incluye las evidencias de su actividad (como impresiones de la piel, huellas, cascarones de huevos, galerías, entre otras). Incluso, la paleontología, ahora, se reconoce como la disciplina científica que estudia y analiza las fluctuaciones de la biodiversidad en el pasado.
Imagen: Iker Larrauri, Fauna extinta del Pleistoceno, 1964. Museo Nacional de Antropología. Foto: Michel Zabé.
Felisa Josefina Aguilar Arellano. Maestra en ciencias biológicas por la UNAM. Investigadora del INAH y presidenta del Consejo de Paleontología. Como parte de su desarrollo profesional, establece procedimientos de gestión y puesta en valor del patrimonio paleontológico en México.
Leticia Alvarado Mendoza. Bióloga egresada de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN. Desde 2018 trabaja para el Consejo de Paleontología. Sus áreas de investigación son la paleontología y la arqueozoología de vertebrados.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Aguilar Arellano, Felisa J. y Leticia Alvarado Mendoza, “Consejo de Paleontología del INAH. Una nueva etapa”, Arqueología Mexicana, núm. 170, pp. 26-29.
