¿Quién es Chaak?
Es bien sabido que los mascarones suelen acomodarse en “cascadas”, pero no es extraño verlos aislados, tanto en forma frontal como de perfil, al centro y en las esquinas de los edificios. Conviene señalar los elementos comunes. El rasgo diagnóstico es, sin duda, la trompa curva que sube o baja.
Además, se advierten: a) banda frontal, b) arco superciliar y mejillas, c) párpado superior, d) ojo, e) fosas nasales y trompa, f) fauces, g) colmillos, h) pabellón auricular, i) orejera y su colgante. Desde luego, el manejo de esos elementos produce una amplia variedad de ejemplos, incluso en la propia Uxmal, en especial en el Cuadrángulo de las Monjas, la Pirámide del Adivino, el Palacio del Gobernador y la Gran Pirámide.
Así, la búsqueda de Chaak en los códices mayas y las fuentes etnohistóricas resulta fundamental. Gracias al trabajo de Paul Schellhas sobre los dioses en los códices (1904) (clasificados desde la letra A) y los más sólidos análisis epigráficos actuales, sabemos que el dios B corresponde a Chaak.
Aparece frecuentemente en los códices (alrededor de 200 veces) y su imagen se reconoce por la gran nariz un poco ganchuda, aunque carece de trompa. Muy pocas veces (menos de 20) se asocia con agua: ni de ríos, ni de cenotes, ni de lluvia, y cuando se vincula con ésta, no es él quien la produce, sino quien la disfruta. Chaak, pues, no hace llover.
Por otro lado, fray Diego de Landa, en su famosa Relación de las cosas de Yucatán, nunca menciona al dios de la lluvia. Cuando habla de Chaak, lo describe como “dios de las sementeras o de los maizales” y dice que es cuádruple.
En otros textos, se agrega que Chaak fue un gigante azul que enseñó la agricultura a los hombres, quienes lo veneraron como “dios de los panes” y, mucho más tarde, incluyeron truenos y relámpagos pero no lluvia. Todo indica que la identificación de Chaak con la lluvia proviene, quizá, de la segunda mitad del siglo XIX a mediados del XX, aunque esto es materia de un estudio posterior.
Imagen: Elementos básicos de los mascarones. a) Banda frontal. b) Arco superciliar y mejillas. c) Párpado superior. d) Ojo. e) Fosas nasales y trompa. f) Fauces. g) Colmillos. h) Pabellón auricular. i) Orejera. j) Colgante. Dibujo: Alfonso Arellano. Dios B o Chaak. Códice de Dresde, p. 4(detalle). Foto: Oliver Santana / Raíces.
Alfonso Arellano Hernández. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM, especialista en epigrafía y estudios mayas. Entre sus publicaciones destacan El hombre maya en la plástica antigua, en coautoría con Beatriz de la Fuente, y Tortuguero: una historia rescatada; colaboró en la obra La pintura mural prehispánica en México, dirigido por Beatriz de la Fuente.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Arellano Hernández, Alfonso, “Los mascarones de Uxmal. Una nueva lectura”, Arqueología Mexicana, núm. 174, pp. 18-23.