Migración de los toltecas chichimecas
Folio 7r
Etapa previa a la llegada al Tlachihualtépetl
El quinto y último recorrido dio comienzo en el año 13 ácatl cuando la expedición se desplazó del señorío de Zacatepec hacia el Tlachihualtépetl, pasando por los sitios de Tépetl Yaualiuhcan, Citlaltitlán, Apoctli ymancan, Xochcueyecan, Teyocan, Tepocehécatl iquizcan y Tepetzinco, nombres escritos a la derecha del glifo toponímico que inicia el listado, figurado con una piedra redonda partida por la mitad con lo que parecen dos espinas de sacrificio en la parte superior, y el listado de seis lugares.
En dicha lista los nombres de Teyocan y Tepocehécatliquizcan están registrados como uno solo, sin embargo, en la edición de 1976 se considera que son dos sitios distintos, lo que daría la lista de siete lugares en lugar de seis. Si consideramos que son siete lugares, posiblemente puede haber todo un trasfondo simbólico y ritual. También son importantes en esta foja las fechas de partida y llegada. Al principio del folio, como se ha visto, está la lista de los años en que los toltecas permanecieron en Zacatepec y su salida, en un año 13 ácatl que corresponde a la culminación de una trecena.
El siguiente evento que marca la llegada al Tlachihualtépetl se destacó por las glosas en rojo y el glifo calendárico ce técpatl. Es en este emblemático año ce técpatl que la expedición se internó en territorio del opulento señorío olmeca xicalanca. No olvidemos que la misma fecha ce técpatl marcó, cientos de años atrás, otro acontecimiento crucial en la historia de los toltecas chichimecas, cuando llegaron a la gran Tollan acompañados de los nonoalcas provenientes del Colhuacatépetl tras haber surgido de las entrañas del Chicomoztoc. Es así que, para ambos grupos, el año ce técpatl se erige como un punto de inflexión de sus temporalidades; datación cargada del trasfondo místico que implicaba el fin de una era y el principio de otra nueva en su devenir como pueblos.
Al llegar a su destino final debieron también haber experimentado una mezcla de cautela y entusiasmo al divisar, en el lejano horizonte, la silueta de la inmensa mole del Tlachihualtépetl, disimulado entre los volcanes y los picos nevados de las serranías aledañas como telón de fondo. Los expedicionarios quedaron pasmados ante la magnificencia de la montaña artificial. Es precisamente en ese momento que la narración enumera dos listas de otras denominaciones del mismo lugar, cuya semántica describe las características de la colosal montaña artificial y su territorio, sus propiedades místicas, sus atributos sagrados simbolizados por animales, su entorno natural, los rasgos de su arquitectura y la avanzada civilización de sus constructores.
Son dos listas que dan casi los mismos nombres: en la primera se registran siete dentro del párrafo y en la segunda se amplía a diez términos separados por renglones, posiblemente en un intento de rectificar y precisar las dimensiones del espacio. Pero, además, cada una de ellas presenta un orden distinto en la enumeración de los nombres. A esto se agrega la estructura de la imagen del siguiente folio que tiene su propia secuencia.
Imagen: Historia Tolteca Chichimeca, f. 7r. Reprografía: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Francisco González Hermosillo Adams. Dirección de Estudios Históricos, INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
González Hermosillo Adams, Francisco, “Historia Tolteca Chichimeca. Parte 1 (edición facsimilar) Segundo relato. Migración de los toltecas chichimecas”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 107, pp. 36-71.