Serpientes bicéfalas en Mesoamérica
Por otro lado, hay un rasgo interesante en la imagen del Códice Florentino que acompaña a la descripción de la serpiente. En la estampa se observa al ofidio de dos cabezas y el dibujo de un individuo con el brazo extendido para que la víbora se enrede en él. Debajo de la maquizcóatl se observa un brazalete que funciona como un tipo de glifo para el nombre de la sierpe. Pero lo que llama la atención de la imagen es que la serpiente está representada con dos patas, una debajo de cada cabeza, por lo que las extremidades añaden otro significado del cual Sahagún o sus informantes no mencionan nada.
Sabemos que en la imaginería del mundo maya del Clásico y del Posclásico existen diversas representaciones de reptiles con dos cabezas y provistas de cuatro patas. Este ser fantástico recibe el nombre de monstruo celeste o dragón celeste porque se trata de una entidad elaborada con rasgos de otros animales (serpiente, cocodrilo, ave, venado), pero que mantiene un aspecto serpentino predominantemente (De la Garza, 1998, p. 163).
El dragón bicéfalo simboliza el cielo, aunque también se le ha denominado monstruo cósmico porque tiene una banda con elementos celestes en el cuerpo. Según Miller y Taube (2007, p. 45), el monstruo bicéfalo enmarca escenas de ascensión al trono por parte de los gobernantes, pero su significado intrínseco está relacionado con el arco del cielo, pues la cabeza frontal se vincula con Venus, mientras que la cabeza posterior con mandíbula descarnada es el Sol en el inframundo.
Hasta el momento, hemos visto que la serpiente de dos cabezas y dos brazos está relacionada con un augurio en particular para el mundo nahua, pues anuncia la muerte de un individuo al enroscarse en su brazo; pero también, de acuerdo con Cué, Carrizosa y Valentín (2010, p. 47), maquizcóatl es otro nombre para Huitzilopochtli que quedó marcado en los brazos y piernas de Coyolxauhqui para engrandecer la victoria de la fuerza solar sobre los poderes nocturnos.
Imagen: Dios D o Itzamna’, señor supremo del panteón maya. Códice de Dresde, p. 4-5 (b). Foto: Oliver Santana / Raíces.
Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el Ciesas-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Hermann Lejarazu, Manuel A., “Serpientes bicéfalas en Mesoamérica”, Arqueología Mexicana, núm. 182, pp. 80-81.