El legado de Teobert Maler

en la Fototeca del Centro INAH Yucatán

Por: Alfredo Barrera Rubio

Antecedentes biográficos
Este destacado investigador nace el 12 de enero de 1842, en Palazzo Rospigliosi, Roma, como hijo de Friedrich Maler y Wilhelmine Schwarz, ambos de origen alemán. Maler tuvo una hermana: Edwina, nacida también en dicha ciudad en 1840. Su madre falleció en un viaje de regreso de Italia a su tierra natal, cuando Teobert Maler tenía un año de edad. Su padre adquirió una casa en Baden Baden, al sur de Alemania, y en dicha localidad pasó su juventud y obtuvo sus conocimientos básicos de secundaria en la escuela pública superior.

En 1857 estudió ingeniería y arquitectura en el politécnico de Karlstrube, aunque al parecer no concluyó sus estudios profesionales (Andree, 2020, p. 15; Kutscher, 1971, p. 68; Mayer, 1985, p. 83; Graham, 1997, p. XIX). Después de capacitarse, a la edad de 20 años, en enero de 1863 su padre rompió relación con él y dejó de enviarle dinero, aunque recibió una herencia de una propiedad de su madre (Graham, 1997, p. XIX). Ese mismo año se trasladó a Viena, donde se naturalizó austriaco y colaboró con el destacado arquitecto Heinrich von Ferstel, y trabajaron en los planos de la iglesia votiva de Viena (Andree, 2020, p. 15; Kutscher, 1971, p. 68). A fines de 1863 se mudó a París, donde estudió pintura a la acuarela con el profesor Cassange y aprendió francés (Graham, 1997, p. XIX).

Esta preparación en el campo de la ingeniería, el dibujo y de la arquitectura le facilitó a Maler la elaboración de planos y cortes precisos de los edificios prehispánicos, que exploró y fotografió en México, particularmente en la zona maya. También realizó dibujos detallados, de esculturas, bajorrelieves, dinteles, grafitis, vasijas, inscripciones, etcétera, y tomó fotos de documentos importantes, como algunos textos coloniales escritos en lengua maya, con caracteres latinos, como el Chilam Balam de Tizimín, el de Chumayel y el Códice de Calkiní. Por otra parte, Maler mostró interés por los estudios orientalistas y manifestó su inquietud por conocer esas tierras, lo cual pudo realizar posteriormente (1878), en otra etapa de su vida, cuando viajó por Constantinopla, hasta el Cáucaso y Armenia (Kutscher, 1944, p. 1).

El imperio de Maximiliano y el primer viaje a México
En el verano de 1864, Maler estuvo en Londres durante seis semanas para aprender inglés y visitar museos, y ahí se enteró de la llegada del archiduque Maximiliano a México, por lo que viajó de regreso, vía Turín, Milán y Venecia a Laibach (hoy Ljubljana) (Graham, 1997, p. XIX). A la edad de 22 años, estando en Ljubljana, se unió a la aventura militar del archiduque Maximiliano de Habsburgo, como miembro voluntario del cuerpo de pioneros austriacos, bajo el mando del conde Thun Hohestein, para conquistar el poder imperial en México. Posteriormente, el 19 de noviembre se embarca en el buque El Boliviano, en Triest, con 1,100 soldados, y ancla en Veracruz el 30 de diciembre de 1864 (Mayer, 1985, p. 83; Graham, 1997, p. XIX ) o principios de 1865 (Kutscher, 1944, p. 1).

Durante los 18 meses posteriores, Maler estuvo activo en casi todos los enfrentamientos de la fuerza voluntaria austriaca, hasta que esta unidad fue disuelta, como resultado de la intervención francesa. Maler fue promovido al rango de segundo teniente y después se unió al cuerpo de la armada imperial mexicana, y sirvió en el 18 batallón de infantería, una unidad compuesta por un mismo número de austriacos y mexicanos (Mayer, 1985, p. 83). A pesar de su actividad militar, cuando tuvo la oportunidad visitó sitios prehispánicos. Así, en enero de 1866, cuando su unidad de combate estuvo en Papantla, visitó la zona arqueológica del Tajín (Graham, 1997, p. XX).