El agua y el viento en la arqueología del paisaje del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca

Dossier

Por: María Luisa Rivas Bringas

El agua y el viento podrían ser los dos elementos y fuerzas de la naturaleza más significativos en los paisajes y experiencias de vida en el Istmo de Tehuantepec. De su importancia dan cuenta múltiples expresiones simbólicas, entre las cuales destaca el arte rupestre como un registro de las cosmovisiones y formas ancestrales de interacción con el entorno.

Dada su ubicación geográfica y singular topografía, el sur del Istmo de Tehuantepec cuenta con condiciones ambientales únicas. Es una región sumamente diversa y contrastante en muchos aspectos. Su riqueza biológica y medioambiental también se refleja en su diversidad cultural, en la configuración de los territorios indígenas, así como en las diferentes formas de vida que se expresan en este complejo entorno.

En general, el Istmo oaxaqueño se podría dividir en tres grandes espacios de vida: las montañas al norte, la amplia llanura costera al centro y el imponente complejo lagunar que se fusiona con el mar al sur. Estos tres espacios, aunque muy distintos entre sí, se encuentran íntimamente vinculados a través de los dos elementos y fuerzas de la naturaleza más potentes del sur istmeño: el agua y el viento.

Es de esperar que en torno a los ríos, manantiales y laderas montañosas encontremos la mayor cantidad de vestigios arqueológicos con las más interesantes manifestaciones del pensamiento simbólico en torno al agua y el viento, como es el caso del arte rupestre. Estos espacios son concebidos como lugares sagrados, “delicados”; puntos de encuentro y comunicación con las entidades y fuerzas de la naturaleza, a través de la constante actividad ritual.

Si bien el arte rupestre de la región podría tener un origen más o menos tardío –posiblemente a partir del Clásico Tardío (ca. 700 d.C.)–, las imágenes nos hablan de una forma de pensamiento mucho más antigua, pero muy persistente. De ello se ofrecen tres ejemplos cuyas diferencias estilísticas nos hablan de diversidad, tal vez de diferentes temporalidades, pero de una manera común de percibir y habitar este paisaje compartido.

En la imagen de portada podemos ver la distribución de los sitios de arte rupestre hasta el momento registrados en la región. Elaborado por la autora.

Tomado de: María Luisa Rivas Bringas (2025) El agua y el viento en la arqueología del paisaje del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, en: Arqueología Mexicana, edición regular 191, pp. 48-55.