Desde edad temprana, los padres de los niños debían ponerlos bajo la protección de algún templo, con el compromiso de, una vez alcanzada la edad adecuada, llevarlos a su escuela.
Esta cueva contiene profusa decoración simbólica de pintura rupestre, que incluye escenas fundacionales –como los conjuntos de manos al positivo y negativo–, serpientes emplumadas entrelazadas, árboles de la vida emergiendo de plantas endémicas, danzas rituales y animales que se cazaban.
La conquista de México no se inicia en 1519 ni concluye en 1521. Este proceso histórico sólo se comprende realmente cuando se abarca un contexto temporal mucho más amplio, que se traslapa con los últimos tiempos mesoamericanos y continúa, de alguna manera, hasta nuestros días.
El portar orejeras es uno de los rasgos distintivos de las elites del área mesoamericana. Se trata de una práctica que se remonta al Preclásico Temprano y llega hasta el momento de la conquista. Para poder llevar orejeras era necesario perforar el lóbulo de la oreja, tal como sucede con la preparación actual para portar aretes, aunque debido a las dimensiones bastante mayores que alcanzaban esos ornamentos en la época prehispánica el ensanchamiento del orificio debió ser progresivo.
En la vieja ciudad de Quiotepec, con una extensión de aproximadamente 95 km cuadrados, por más de 1 500 años se construyeron casas, grandes muros de contención, y dos excepcionales juegos de pelota
Entre los zapotecos el adorno de la cabeza era un elemento fundamental para proclamar la individualidad y ostentar el rango social, como lo demuestra la gran cantidad de representaciones de hombres y mujeres con complejos tocados y peinados. Entre esas representaciones destacan las de las urnas localizadas en sitios como Monte Albán y Atzompa, en Oaxaca.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Hace más de 4 000 años, ante el problema de aridez, los habitantes del Valle de Tehuacán decidieron emprender la construcción de obras de retención de agua y humedad.
Richard S. MacNeish concluyó que entre el sur de Puebla y el norte de Oaxaca se dieron las condiciones climáticas idóneas para encontrar las evidencias del desarrollo de la agricultura en Mesoamérica.
La evidencia sobre las distintas maneras de peinarse y el uso de tocados de diversas clases –elaborados con una amplia variedad de materiales (piel, telas, plumas, etc.)– es particularmente abundante en la zona maya. Las representaciones de personajes que portan tocados y peinados que aluden a su posición social, o que indican su participación en una actividad específica, se encuentran en estelas, pinturas, vasijas, códices, pero sobre todo en figurillas de cerámica.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
¿Pero qué tienen de especial las fosas tectónicas para explorar la historia humana en África o en México? Algunos arqueólogos proponen que nuestros ancestros se hicieron humanos al habitar regiones tectónicamente activas.