El resultado más notable del trabajo de conversión que los frailes franciscanos llevaron a cabo con los naturales que habitaban la Cuenca de México en el siglo XVI, fue el esplendor del culto.
La piedra, el nopal, el águila y la serpiente forman la tetralogía que dio pie a la elaboración de nuestros símbolos patrios: la bandera y el escudo nacionales.
La historia nos dice otra cosa. Los mexicas buscaron la protección del poderoso señor de Azcapotzalco, Tezozómoc, quien les asignó tierras en los límites de su territorio, en medio del lago de Texcoco.
Este célebre monumento mexica y la Piedra del Antiguo Arzobispado, posiblemente esculpida por órdenes del rey Axayácatl, han tenido un accidentado y significativo devenir.
La medicina náhuatl prehispánica constituyó un sistema integral de conocimientos acerca de la salud y la enfermedad, así como de la manera de abordar los problemas relacionados con ellas.