Lámina 31
9 Viento lleva a cabo una serie de rituales en los que ordena, edifica o sacraliza un grupo importante de construcciones que van a tener diversas funciones para la vida política y religiosa de los mixtecos.
Ya con anterioridad, Elizabeth Boone (2000, pp. 551) había señalado que la acción de taladrar un madero para encender el fuego, no necesariamente está relacionada con el llamado fuego nuevo mexica cada 52 años. En efecto, para los códices mixtecos encender el fuego es una ceremonia de fundación que señala la entronización de un gobernante, la erección de un templo o el establecimiento de un territorio.
Como se puede observar en la parte final de la lámina 32, 9 Viento enciende el fuego por medio de una vara o larga flecha para erigir un grupo de templos dedicados al culto religioso, así como para instituir sedes de poder y lugares de curación o alumbramiento. Al inicio de la lámina 31, 9 Viento se dirige a dos pequeñas casas con el interior completamente negro (a).
El templo negro con fuego (b) podría vincularse con el tlillan, “lugar negro”, al que acudían los mexicas para iniciar su ceremonia del fuego nuevo. En la parte izquierda de la lámina aparecen 14 temazcales de diferentes tamaños y características que podrían evocar el uso específico de cada uno de ellos.
Imagen: Códice Vindobonensis, Lám. 31. Foto: Austrian National Library. ANL / Vienna Collection of manuscripts and rare books, Cod. mexic. 1.
Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Hermann Lejarazu, Manuel A., “Lámina 31”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 103, pp. 38-39.