Chinampas en la hoy Ciudad de México

Raúl Barrera Rodríguez

Estos vestigios relacionados con actividades de cultivo confirman que el predio (Lorenzo Boturini, núm. 258, Col. Tránsito, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México), se encuentra dentro de lo que fue la ciudad mexica de Tenochtitlan, en el barrio de Ateponazco, del campan (parcialidad) de Teopan. Esto corrobora el planteamiento de Alfonso Caso de que los límites de Tenochtitlan en este lado sur se extendían hasta la hoy avenida Chabacano (Caso, 1956, pp. 1-62).

Las chinampas y sus canales asociados denotan un control agrícola y un sistema hidráulico complejo. En cuanto a los canales, los podemos caracterizar en cinco categorías: el primero es posible que sea el Canal de La Viga, que quedaba ubicado al este, relativamente cerca de nuestra área de estudio; el segundo (acequia navegable), proponemos que era el que ocupa el Callejón de San Antonio Abad y que delimita al predio de Boturini por el lado norte; los otros canales ya asociados directamente a las chinampas son los que ubicamos en la tercera categoría y que corren en sentido este-oeste y, que miden en promedio 90 cm de ancho por 70 cm de altura.

En cuanto al cuarto sistema, presentan una orientación de sur a norte, sirven de límites a las chinampas y miden alrededor de 60 cm de ancho por 70 cm de altura. Finalmente, hay una serie de pequeños canales que surcan las chinampas y que servían para irrigarlas internamente, de aproximadamente 10 cm de ancho por 20 cm de altura.

Los constructores de este sistema artificial de cultivo lo hicieron aprovechando la turba (fondo lacustre). Para ello, excavaron los canales en la referida turba y ésta la depositaron sobre lo que sería el cuerpo o cimiento de la chinampa. Después, materiales vegetales y lodo del fondo lacustre fueron extraídos y apilados en capas alternadas sobre el cuerpo de la chinampa para así dotarla de nutrientes. En sus límites se plantaron estacas de ahuejote o sauce –Salix bonplaniana– (identificados por la doctora Aurora Montúfar López, 2017) que, al retoñar y enraizar, fijaban, amarraban y daban aún mayor consistencia a las chinampas.

Imagen: Izquierda: Ofrenda de cerámica Azteca asociada al núcleo de una chinampa. Derecha: Representación de un pie esculpido en un fémur humano. Fotos: Raúl Barrera R., Proyecto Patio Boturini.

Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Responsable del Programa de Arqueología Urbana.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Barrera Rodríguez, Raúl, “Las chinampas y canales de Ateponazco. Un barrio de México-Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 184, pp. 46-55.