Códice Baranda

Manuel A. Hermann Lejarazu

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El tema fundamental se enfoca en la relación histórica y genealógica de un pueblo no identificado en la actualidad, pero cuya localización podría ubicarse en el valle de Coixtlahuaca, ya que refleja la misma tradición escrita en el Lienzo de Tlapiltepec o el Lienzo Seler II que provienen con seguridad de Coixtlahuaca. El Códice Baranda comienza con un grupo de varios topónimos o nombres de lugar estrechamente relacionados entre sí, algunos de los cuales son Cerro o Cueva de la Olla, Cerro de las Flechas y Cerro de las Serpientes. En la primera parte del códice parece haber quedado registrado un antiguo mito de origen en el que intervienen varios personajes que matan a una gran serpiente, la cual parece devorar piedras encendidas que le son arrojadas por un individuo vestido con manta. El relato posiblemente está relacionado con el origen del pueblo y la genealogía que se encuentra representada a lo largo del códice. El manuscrito muestra en dos filas a 26 parejas que representan a los gobernantes del lugar. Diversos acontecimientos quedaron pintados entre ambas hileras, como el encuentro con los españoles y la posible implementación de la justicia colonial en la comunidad.

Fecha de elaboración. No ha sido posible establecer con precisión la fecha de manufactura del códice. Alfonso Caso (1958) piensa que se pintó hacia la primera mitad del siglo xvii. No obstante, es posible que se trate de una copia tardía de un manuscrito hoy perdido que mostraba elementos de tradición prehispánica.

Lugar de origen. No ha podido ser ubicada la procedencia del documento. Sin embargo, uno de los topónimos que aparece representado como Cueva o Peña de la Olla ha sido identificado por Carlos Rincón y Sebastián van Doesburg como Comoztoc o Huerta de Juquila, en el actual municipio de Tepelmeme, al norte de Coixtlahuaca (Rincón, 1999, p. 296, nota 70; Castañeda y Van Doesburg, 2008, p. 178, nota 41).

Lugar donde está depositado. Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, clasificado con el número 35-4 de la colección de códices.

Historia

No existe mucha información para reconstruir su historia. Sabemos que perteneció a la colección de Lorenzo Boturini, quien lo cita en su célebre Catálogo del Museo Histórico Indiano en 1746 (Boturini, 1986, p. 128). Pero ya desde entonces no había datos sobre su lugar de origen pues, de manera muy general, Boturini menciona que se lo habían enviado del Obispado de Oaxaca. El códice tomó el nombre del licenciado Joaquín Baranda (ministro de Justicia e Instrucción Pública en 1892, época de Porfirio Díaz), quien tuvo la iniciativa de trasladar el documento de la antigua Biblioteca Nacional de México al entonces Museo Nacional de Arqueología. El códice fue publicado por primera vez en el libro de Antigüedades Mexicanas, editado por la Junta Colombina de México para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América.

Principales estudios. Durante un largo tiempo se pensó que el códice era de procedencia zapoteca, debido a que Patricio Antonio López (intérprete de la Real Audiencia de México cuando fue confiscada la colección de Boturini al momento de escribir el inventario) descifra varias de las escenas del manuscrito como pasajes de la historia de los señores zapotecas de Tehuantepec al momento de la llegada de los españoles (Caso, 1958, p. 374). Alfonso Caso cuestiona las interpretaciones de López, que fueron a su vez repetidas por Chavero y Paso y Troncoso, por lo que concluye que el Códice Baranda está relacionado con los lienzos de Coixtlahuaca, Nativitas e Ihuitlan, por lo que procede, según menciona, de una zona cercana a esta parte de la Mixteca Alta (Caso, 1958, p. 389). Otros nombres. Códice Alvarado, Códice de la conquistas de Alvarado.

 

Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la unam e investigador en el Ciesas-D.F.

Hermann Lejarazu, Manuel A., “Códice Baranda”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 42, pp. 26-29.