Los humanos y los dioses se enfrentan en un duelo sagrado. Este conjunto de esculturas, hechas en piedras de distintas calidades, se conservó durante cientos de años en la disposición en que ahora se exhibe. El conjunto fue descubierto en 1991 en el sitio llamado Loma de Zapote o El Azuzul. La indumentaria de los dos personajes humanos, esculpidos en un enorme bloque de basalto, incluye un tocado cuadrangular con una especie de velo que cubre la parte superior de la cabeza y se desliza por la espalda hasta el suelo. Los rostros están enmarcados por tiras de papel plegado y los torsos están ligeramente inclinados. Ambos sujetan una barra; la mano derecha con la palma hacia arriba y la izquierda hacia abajo dan la impresión de que van a alzarla sobre un extremo. Se les ha llamado “los gemelos” y aunque muy semejantes no son idénticos, pues se distinguen por algunas particularidades, como la boca.
Los dos felinos están tallados en piedra arenisca. Son de diferente tamaño y al menos uno tiene señales de haber sido reciclado. El cuerpo y las patas fueron adaptados a los límites de un bloque previamente tallado, por lo que faltan los sinuosos relieves que darían naturalidad a la pieza. Las fauces abiertas les dan una expresión fiera y amenazante.
Este conjunto ilustra la importancia de los gemelos, desde el Preclásico, en la cosmogonía mesoamericana. Es muy probable que relatos legendarios, como el Popol Vuh, hayan tenido su origen en tradiciones olmecas.
Los personajes duales o gemelos se encuentra en otras expresiones de la escultórica olmeca, como en el trono de Loma del Zapote- Potrero Nuevo.
Tomado de Maliyel Beverido Duhalt, “Conjunto escultórico de El Azuzul”, Arqueología Mexicana, edición especial 22, Museo de Antropología de Xalapa, p. 34.