El patrimonio rupestre es el que está hecho en o con las rocas. En Coahuila, el cien por ciento de los vestigios arqueológicos es de este tipo y su conservación requiere de estrategias específicas porque forma parte del entorno natural de profundas cañadas o lugares aislados en el desierto; ante el reto que conlleva su protección, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) consideran que la herramienta fundamental es la difusión.
Así lo expresa Yuri de la Rosa Gutiérrez, investigador del INAH en dicho estado, quien explica que ante la imposibilidad de cercar cañones, sierras, valles desérticos y cuevas donde se encuentra disperso este tipo de manifestaciones culturales, el INAH-Coahuila desarrolla el Programa de Sensibilización del Patrimonio Arqueológico, dirigido a los ejidatarios que habitan en torno a los sitios y principalmente a la población infantil y juvenil.
La iniciativa comprende pláticas informativas, talleres y conferencias, así como la edición de materiales de divulgación para los niños, a través de los cuales se explica qué es el patrimonio arqueológico, las leyes federales que lo protegen, las características de los vestigios que se encuentran en Coahuila y su valor cultural. Sobre todo se busca concientizar a los adultos y cautivar a los infantes ―que son el sector más receptivo de la sociedad― para que sean aliados en la custodia de los sitios y colaboren para evitar actos de vandalismo, como la pinta de las rocas con manifestaciones culturales.
El programa comenzó en el municipio de Cuatro Ciénegas, donde se han realizado pláticas y talleres en los más de 30 ejidos que existen en la demarcación; asimismo, se tiene un programa permanente de actividades con las escuelas primarias y secundarias que incluye la visita a la Sala de Arqueología de la Casa de la Cultura Municipal, para que cada generación de estudiantes participe del conocimiento de su pasado.
Cuatro Ciénegas es el municipio de Coahuila que más visitas turísticas recibe por la rareza de su área natural protegida ―de humedales en una región desértica―, y es un paraíso para la ciencia por la diversidad de flora y fauna que la habita, comentó el arqueólogo. En la zona natural protegida existen pozas que, como los cenotes de la península de Yucatán, conducen a largos ríos subterráneos, incluso alguno de ellos con salida al vecino estado de Chihuahua, muchos de ellos imposibles de explorar por sus fuertes corrientes.
Pero además de la riqueza biológica, en el interior de la reserva, de suelo desértico, con espejos de agua de un azul cristalino, a la fecha se han descubierto 17 huellas fosilizadas de pisadas humanas de por lo menos 10,000 años de antigüedad, que corresponden a hombres adultos, niños y al parecer a mujer. Las improntas de Cuatro Ciénegas están consideradas dentro de los vestigios de presencia humana más antiguos del país, por eso es necesario involucrar a la población cercana que convive diariamente con el sitio, a fin de que lo valore y ayude en su conservación. En este lugar el INAH ha desarrollado un importante proyecto de investigación dirigido por la arqueóloga Leticia González Arratia.
Yuri de la Rosa calcula que en Coahuila se conocen alrededor de 200 sitios con patrimonio rupestre, pero advierte que debe haber muchos más, aún escondidos en las cumbres de la inmensa Sierra Madre Oriental y los extensos valles del desierto.
Pinturas y petrograbados plasmados en la matriz de la roca; cuevas mortuorias con entierros que guardan testimonios de la cosmovisión indígena; industria lítica empleada para la caza y actividades cotidianas; rastros de la colecta de plantas, frutos y semillas y de su procesamiento para obtener fibras vegetales, y artefactos de molienda, son algunos de los vestigios arqueológicos hechos de o en las rocas que se descubren andando los parajes de escarpados y cañadas.
Otros municipios de Coahuila donde se ha aplicado el Programa de Sensibilización del Patrimonio Arqueológico son: General Cepeda, Ramos Arizpe, Parras de la Fuente y Ocampo, al ser demarcaciones con sitios que tienen importantes concentraciones de manifestaciones rupestres.
El programa se ha extendido también a militares del Ejército Mexicano, como resultado de un trabajo conjunto con dicha institución y que forma parte de las acciones que lleva a cabo el INAH para la prevención del robo y tráfico ilícito de patrimonio cultural; la finalidad es que la milicia cuente con herramientas que le permitan identificar una pieza arqueológica, en caso de encontrarla en retenes o durante los rondines y cateos.
Yuri de la Rosa, quien desde hace 15 años investiga la región y ha registrado varios de los más de 100 sitios que se tienen conocidos hasta el momento en el estado, destacó que Coahuila es la tercera entidad más grande del país y la mayor parte de su territorio permanece virgen para la investigación, dado que la arqueología del norte es reciente y se ha explorado aproximadamente tres por ciento del territorio; el Centro INAH, por ejemplo, se creó en 1997 y antes de 2001 Cuatro Ciénegas no había sido investigado; en tanto, para un arqueólogo estudiar una sierra del estado es trabajo de una vida.
Entre los sitios arqueológicos rupestres que el INAH ha registrado en Coahuila están La Cueva Pinta, ubicada en el valle desértico El Sobaco, entre los municipios de San Pedro de las Colonias y Cuatro Ciénegas, donde se observan pinturas rupestres; El Hundido, con seis unidades arqueológicas; Cueva de la Candelaria, una de las cuevas mortuorias más importantes de México donde se hallaron más de 600 entierros humanos envueltos en fardos y acompañados de restos de bolsas y sandalias hechas con plantas procesadas con herramientas líticas, ejemplo de elaborados ritos mortuorios.
También se encuentran el sitio de huellas humanas fósiles impresas en la roca, en Cuatro Ciénegas; la cueva habitacional La Espantosa, con vestigios de uso doméstico, y Narihua, un extenso valle donde los petrograbados parecen florecer en la pendiente de un cerro. De acuerdo con el especialista del INAH, los sitios arqueológicos de Coahuila datan de diversas antigüedades, desde por lo menos hace 10,000 años a la época de colonización española, en el siglo XVIII.
Dirección de Medios de Comunicación, INAH