Danza del Volador. Cronología

600 a.C. y 900 d.C.

Periodo de la evidencia arqueológica más antigua sobre la Danza del Volador. Proviene del Occidente de México y se trata de maquetas que representan danzas sobre un poste erigido al centro de plataformas circulares. Cabe resaltar las similitudes entre los detalles arquitectónicos en los modelos miniatura y los antiguos asentamientos de la tradición Teuchitlán, los cuales, aunque circulares, tienen una marcada configuración cuatripartita. Es posible entonces que los postes no sólo representaban el axis mundi como conducto entre el plano celestial y el terrenal, sino que se erigían encima de tumbas colocadas al centro de los complejos arquitectónicos, es decir, lugares en ocasiones consagrados a los ancestros.

400 a.C. ca.

Fecha asociada a El Naranjo, Guatemala, sitio del Preclásico Medio en el que se encontró un elemento que se ha propuesto como una especie de soporte para colocar el árbol para la ceremonia del Volador.

900-1000 d.C.

Fecha probable de un grafiti del cuarto 2 en la Estructura 5D de Tikal, Guatemala. Es la representación más temprana que se conoce sobre la relación entre el descenso ritual de voladores y el ofrecimiento de sacrificios humanos.

1528

Gonzalo Fernández de Oviedo es testigo de una Danza de Voladores entre los pipiles de Tecoatega, Nicaragua. El ritual celebra la cosecha del cacao y los voladores son sólo dos.

1530

En el Códice Azcatitlán se muestra una Danza de Voladores en la Ciudad de México, en el contexto de una ceremonia católica.

1540

En una denuncia contra el cacique de Iguala se le acusa de permitir el ritual del Palo Volador. Es de notar que se menciona que los voladores le ofrecían “la sangre de la lengua y de las orejas”.

1540 ca.

Elaboración del Códice Tepeucila, en el que se encuentran dos escenas de una ceremonia de Voladores claramente relacionadas con sacrificios humanos.

1560

Fray Diego Durán incluye en su Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme una descripción de la ceremonia del Volador, llena de datos fundamentales para entender su sentido original.

1566

Un documento describe una ceremonia de Voladores entre los quichés durante la fiesta de san Sebastián.

1570 ca.

En el vocabulario español-zapoteco elaborado por fray Juan de Córdova en los Valles Centrales de Oaxaca aparecen expresiones asociadas al Palo Volador, lo que indica que para entonces aún se practicaba el rito. Yagá cogapa significaba “palo como árbol de nao e[n] que buelan los yndios”, o “boltear quatro en vn palo como cruz como haze[n] los indios”. La expresión tóni huecuá naya se refería al “palo, el juego del palo de los yndios, el jugar y todo el bayle”.

1586

Antonio de Ciudad Real atestigua la ceremonia entre los quichés de Almolonga en los Altos de Guatemala.

Siglo XVI

En un documento mixteco, el Proceso de Yanhuitlán, se hace referencia a la existencia en esa región del Palo Volador.

En un grafiti en el convento de Tepepapulco, Hidalgo, se representa una ceremonia del Palo Volador.

Siglo XVI, mediados

En la Relación de Michoacán se incluye un pasaje que relata cómo Carocomaco, señor de Zacapu: “…llegó al medio del patio a dormir con su leña donde estaba el madero muy largo por donde descendían los dioses del cielo...”. Algunos autores sugieren, a partir de esta cita, que los purépechas practicaban el ritual del Volador.

1615

Fray Juan de Torquemada atestigua la ceremonia en la Plaza del Volador de la ciudad de México. Entre la información que proporciona destaca el señalamiento de que cada uno de los cuatro voladores debía dar 13 vueltas para completar un ciclo de 52, relacionado con el calendario.

Siglos XVII-XVIII

En ciertas regiones la ceremonia del Volador pierde mucho de su sentido ritual y es vista más como simple divertimento. Así se ve en algunos biombos de la época y en la descripción que hace Carl Nebel de una ceremonia en Huauchinango, hacia 1830.

Siglo XVIII

Francisco Javier Clavijero hace una descripción de la ceremonia de los Voladores, y aunque la considera un juego comparte la opinión de Torquemada de que se celebraba para conmemorar ciclos de 52 años. Clavijero incluye la primera imagen sobre el Palo Volador.

Siglo XVIII, mediados

El jesuita Rafael Landívar se refiere a la ceremonia del Volador e incluye una imagen de ella en su obra Rusticatio Mexicana.

Lorenzo Boturini incluye en su obra un capítulo sobre el “árbol bolador o solemnidad de los ciclos”.

1733-1735

El franciscano fray Francisco Antonio de la Rosa Figueroa lleva a cabo una campaña para erradicar la práctica de la Danza de los Voladores en Xochimilco.

1783

En Pánuco, Veracruz, se prohíbe la ceremonia del Volador.

1783

En Pánuco, Veracruz, se prohíbe la ceremonia del Volador.

1936-1938

Guy Stresser-Péan realiza sus estudios sobre la Danza del Volador en la Huasteca. Los resultados se publican en español en 2016.

2009

Inscripción de la Ceremonia Ritual de los Voladores en la Lista del Patrimonio Cultural

Inmaterial de la Humanidad, UNESCO.

Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.

Vela, Enrique, “Cronología. Danza del Volador”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 88, pp. 20-30.