David Anderson, Édgar Medina Castillo
La localización de las canchas de juego de pelota en varios sitios y su arreglo arquitectónico similar –por ejemplo, la orientación astronómica y sus dimensiones–, parecen indicar que durante el Preclásico Medio hubo un desarrollo cultural local de grupos mayas en el noroeste de Yucatán. Estos grupos tenían un patrón de construcción específico al momento de edificar sus ciudades, y daban especial atención a la construcción de las canchas del juego de pelota.
Al concluir la prospección arqueológica del noroeste de la península de Yucatán, realizada a lo largo de tres temporadas de campo durante el “Proyecto costa maya” –el cual abarcó una superficie de alrededor de 2 220 km2–, se obtuvo el registro de más de 200 sitios arqueológicos y prehispánicos que no aparecían en el Atlas Arqueológico de Yucatán, elaborado en los ochenta del siglo pasado, de los cuales en 26 de ellos se reportaron edificios que conforman canchas de juego de pelota. La gran mayoría de esas canchas están ubicadas en sitios pequeños, con edificios de no más de cuatro metros de alto y de reducidas dimensiones, en la parte central del asentamiento, en contraste con el hecho de que el juego de pelota fue por lo general edificado sólo en los sitios más grandes del mundo maya.
El análisis preliminar de la cerámica hallada en superficie de los sitios y sobre las estructuras de los juegos de pelota nos permite suponer que 23 canchas datan predominantemente del horizonte Nabanché Temprano, que abarca de la segunda mitad del Preclásico Medio y al Preclásico Tardío (700-300 a.C.). Obtuvimos un escaso número de tiestos procedentes de varios pozos de prueba y de los núcleos constructivos de algunas estructuras de los juegos de pelota que habían quedado expuestos por la acción de los saqueadores. A excepción de unos cuantos tiestos del Clásico Tardío recuperados en las capas superiores de los pozos estratigráficos, todos los tiestos hallados en contexto corresponden al horizonte Nabanché Temprano.
Esta peculiar concentración de sitios del Preclásico Medio con canchas para el juego de pelota no tiene paralelo en el área maya y, de hecho, tampoco en otra región de Mesoamérica.
Las canchas
Las canchas localizadas en la región noroeste de la península de Yucatán presentan banquetas bajas elaboradas con pequeñas piedras cuadradas, seguidas de un talud de inclinación variable que se une en la parte más alta con el muro de la cancha. Un ejemplo bien preservado de esta forma de construcción está en el sitio de Pitaya. En relación con los edificios que conforman la cancha, se registraron en la región los tres tipos de arreglo arquitectónico que una cancha de juego de pelota pudiera tener: el primer arreglo corresponde a las canchas cerradas por un edificio en el extremo sur; el segundo, a las canchas cerradas por un edificio en el extremo norte, y el ter- cero, a las canchas que son cerradas por un edificio en ambos extremos.
Todas las canchas de juego de pelota del noroeste de Yucatán tienen una orientación astro- nómica hacia el norte, que fluctúa entre los 345° y 25°. Además, los edificios que conforman las canchas del juego presentan bastantes similitudes en sus dimensiones, como el largo y ancho, que oscila entre los 25 y 15 m y los 7 y 4 m, respectivamente, así como analogías en las medidas de superficie que ocupan y en sus volúmenes constructivos. Además, ningún edificio de las canchas sobrepasa los 2 m de altura y el espacio dedicado a la cancha propiamente dicha varía entre los 4 y 7m.
Como se señaló, la gran mayoría de esos sitios son pequeños, no son grandes centros político-administrativos como podríamos esperar. Todos los sitios con cancha de juego de pelota muestran similitudes extraordinarias en sus detalles arquitectónicos, tanto en los edificios de la parte central del asentamiento como en las estructuras de la cancha, lo cual nos permite suponer que formaron parte de una región cultural. Estas similitudes en la forma y arreglo arquitectónico nos sugieren que los constructores de esas canchas, así como los habitantes de esos asentamientos, estaban en constante contacto.
• David S. Anderson. Arqueólogo y doctor en antropología por la Universidad de Tulane. Se especializa en estudios de organización sociopolítica del Preclásico maya. Fue miembro del “Proyecto costa maya” y director del “Proyecto Arqueológico Xtobó”. Profesor visitante en el Colegio de Roanoke, en Estados Unidos.
• Édgar Medina Castillo. Arqueólogo por la Universidad Autónoma de Yucatán. Se especializa en gestión del patrimonio cultural. Participó en el “Proyecto costa maya”, en la excavación del juego de pelota de Xanilá, Yucatán, y en el “Proyecto Arqueológico Xtobó”. Encargado del depósito de colecciones del Museo Regional de Antropología de Mérida, INAH.
Anderson, David S., Édgar Medina Castillo, “El juego de pelota en el noroeste de Yucatán”, Arqueología Mexicana núm. 146, pp. 35-39.
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