Las voces del guajolote
Para los mixtecos de la costa, en Oaxaca, el nombre del guajolote procede de sus voces: kolo, kolo. Esa misma voz es la que emite el guajolote en el mito huichol del nacimiento del Sol.
Los animales primigenios estaban asombrados ante el primer amanecer, pero no sabían el nombre del astro, solamente el guajolote expresó, con su voz natural: “se va a llamar Sol”; el resto de los animales reaccionó violentamente, arrancando la piel a una serpiente, la que le colgaron en el pescuezo, y por esta razón el guajolote tiene esas carnosidades características (López Austin, 1994, p. 26).
Entre los teenek de San Luis Potosí, la lingüista Ángela Ochoa obtuvo sugerentes datos sobre los nombres de los guajolotes; así, consigna que los pipilos recién nacidos, y hasta los cuatro meses de edad, dicen pi pi pi pi; en tanto que los machos adultos dicen kol kol kol y alwa’ alwa’ alwa’, que significa “bueno”, y las hembras exclaman kaw’ kaw’ kaw’.
Cuando los guajolotes atacan a sus compañeros, o desconocen a las personas, expresan seguro seguro seguro; lanzan patadas y aletazos. Por eso, una antropóloga que vivía en Xaltocan, en la Cuenca de México, narra que en la casa en que vivía había un guajolote bravo que era como vigilante, en lugar del perro.
Imagen: Polluelos de guajolote con un moño rojo. Foto: Andrés Medina Hernández.
Medina Hernández, Andrés, “Las voces del guajolote”, Arqueología Mexicana, núm. 176, pp. 26-31.