El 12 de octubre de 1524 Hernán Cortés y su comitiva salieron de Tenochtitlan a Villa del Espíritu Santo, provincia de Coazacoalco. De allí pasaron a Acalan, la región Cehache y Tayasal, para llegar finalmente a Las Hibueras, en Honduras, donde iba a castigar al capitán Cristóbal de Olid, que se había rebelado contra su autoridad. En esa expedición obligó a muchos de los primeros conquistadores a que lo acompañaran, e incluso llevó con él a la Malinche, a los reyes Cuauhtémoc, Tetlepanqtétzal y Cohuanacotzin, y a los capitanes Ecatzin y Temilotzin, por temor a que pudieran sublevarse contra los españoles durante su ausencia. Este viaje fue descrito con claridad, apegado en gran medida a la realidad geográfica de la región, en las Cartas de relación de Cortés y en la Historia verdadera de la conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo.
Basado en las figuras que le hicieron los de Tabasco y Xicalango, Cortés y su comitiva iniciaron su camino por la costa; recorrieron muchas ciénagas y ríos, construyeron puentes, utilizaron canoas, y pasaron por Tonalá, Los Agualulcos, Mazapa y Copilco. De Zagoatán, cruzaron por el poderoso río Guezalapa (posiblemente el Grijalva).
Pasaron por el río Chilapan y por ciénagas muy grandes para ir a Tepetitán o Tamascaltepeque, el cual hallaron desierto y quemado. Desde allí se dirigieron a lztapan, que estaba como a 15 leguas, pueblo grande y hermoso localizado en la margen izquierda del río Usumacinta, posiblemente cerca del poblado actual de Emiliano Zapata.
Según el relato de Cortés, la provincia de Acalan estaba a 40 leguas de lztapan. Al salir de este pueblo llegaron a Tatahuitalpan, de donde debían ir a Ziguatecpan, rio arriba, y a Ozumacintlan, que estaba antes, pero en medio de los montes y ciénagas se extravió la expedición. La descripción que hace Cortés sobre su paso por el Usumacinta es breve. Nos dice que lo cruzó con mucho trabajo, por ser ancho y corriente, y que luego continuó tres días por montañas espesas hasta llegar a un gran estero o ancón, en donde construyó un puente con más de mil vigas. A día y medio de este puente, construido sobre el río San Pedro Mártir, se encontraba Tizatépetl, el primer pueblo de Acalan, provincia de la que se decía que era muy grande y donde había abundancia de bastimentos.
De ahí, los españoles pasaron a la región Cehache y se dirigieron a Tayasal, último reducto itzá en el Petén guatemalteco; visitaron al rey Canek y emprendieron el último tramo de su travesía.
Muerte de Cuauhtémoc
Cuauhtémoc no murió en la capital de su imperio. Fue llevado prisionero por Hernán Cortés y ejecutado en la provincia de Acalan el 28 de febrero de 1525. Los restos de tan importante personaje siguen desaparecidos; unos sostienen que se encuentran cerca del Usumacinta, otros en Itzamkanac y los más en Ichcateopan. No sería nada extraño que al ser ejecutado en tierras mayas, se le rindieran a Cuauhtémoc homenajes póstumos en la capital de la provincia y se le erigiera un monumento.
Estaríamos de acuerdo con la mayoría de los autores, como Scholes y Roys, Piña Chán, Pavón Abreu, Stone, Andrews, que han identificado El Tigre con ltzamkanac, capital de la provincia de Acalan, ya que las fuentes históricas consideran que fue esa región la que recorrió Cortés y donde ejecutó al huey tlatoani Cuauhtémoc, Otras fuentes históricas, tanto regionales como generales, dejan entrever que ltzamkanac se localizaba a orillas de un gran río que no puede ser más que el Candelaria, en donde se localiza El Tigre.
Cortés no señala en dónde se dio muerte a Cuauhtémoc, aunque en los Papeles de Paxbolón Maldonado se dice claramente que fue en Yaxzam, un pueblo antes de ltzamkanac, en donde le cortaron la cabeza, la cual fue clavada en una ceiba.
Para justificarse, Cortés (1969) describe ampliamente los acontecimientos previos a la ejecución de Cuauhtémoc, aunque en relación con el lugar sólo nos dice: "Aquí en esta provincia acaeció un caso que es bien que Vuestra Majestad lo sepa", y agrega que fueron ahorcados tanto Guatemucin como Tetlepanquétzal y que a otros los soltó,
Por su parte, Bernal Díaz del Castillo (1974) nos dice: "Y sin haber más probanzas, Cortés mandó ahorcar a Guatemuz y al señor de Tacuba, que era su primo..." No añade ninguna información respecto al lugar de la muerte de Cuauhtémoc, pero emite juicios importantes: "Y fue esta muerte que les dieron muy injustamente, y pareció mal a todos los que íbamos".
Según los Papeles de Paxbolon Maldonado, a Cortés se le advirtió que anduviera con cuidado con Cuauhtémoc, pues podría hacerle una traición. Luego de oír esto, lo echó en prisión y al tercer día le cortó la cabeza, la cual "fue clavada en una ceiba delante de la casa que había de idolatría en el pueblo de Yaxzam". En el listado de 76 pueblos de ese documento, el 49 se llama Taxahá, y tiene la nota de que allí estuvo Cortés 20 días y fue el lugar en donde se le cortó la cabeza al capitán mexicano Cuauhtémoc.
Muchos son los cronistas e historiadores que hablan de la muerte de Cuauhtémoc; sin embargo, ninguno de ellos, sobre todo de los que estuvieron presentes, dice que Cuauhtémoc fuera muerto en ltzamkanac. Gómara es el único que lo menciona como lugar de la ejecución. Cortés no señala un lugar específico, sólo se refiere al suceso como acontecido en la provincia de Acalan, Bernal Díaz del Castillo narra que la ejecución fue realizada en otro pueblo situado más adelante, sujeto al mismo Acalan; Chimalpahin menciona a la provincia de Acalan Hueymollan; Ixtlilxóchitl habla de la población de Teotilac, dos jornadas más allá de Acalan; y el manuscrito chontal se refiere al poblado de Yaxzam. Si atendemos a la descripción de Cortés, la ejecución de Cuauhtémoc debió realizarse en un pueblo anterior a Itzamkanac, Teutiercas, según su relación, o Taxahá, de acuerdo con los documentos de Paxbolón.
En general, todos los cronistas coinciden en que Cnauhtémoc y el señor de Tacuba fueron colgados de una ceiba (ixímché) o de un pochote. Sin embargo, existe la versión de que primero fueron decapitados y lego suspendidos por los tobillos de las ramas de la ceiba, en tanto que las cabezas fueron clavadas en los muros del templo principal de Yaxzam (Taxahá).
Ernesto Vargas Pacheco. Arqueólogo, doctor en antropología e investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Profesor de la ENAH. Dirige el Proyecto Arqueológico de El Tigre, Campeche.
Vargas Pacheco, Ernesto, “El viaje de Cortés a Las Hibueras”, Arqueología Mexicana, núm. 49, pp. 58-61.
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