Debido a la variedad de elementos que tiene la xiuhcóatl comprendemos que no es fácil acercarse a su significado. En particular, veo a la serpiente de fuego como un complejo iconográfico que presenta componentes tomados de diferentes animales, pero en el que se combinan también conceptos y símbolos relacionados con el Sol, el fuego, el sacrificio y el cielo. Además, en la apariencia de la xiuhcóatl hay modificaciones que estuvieron sujetas al tiempo y espacio de aquellos que la concibieron.
En la mayoría de sus imágenes sobresale una gran cabeza de sierpe con las fauces abiertas, de modo similar al gran lagarto o “monstruo de la tierra” que aparece en códices y relieves escultóricos. No obstante, lo más característico de la xiuhcóatl es la parte superior del hocico que se alarga en forma de trompa tomando una forma cuadrangular o semicircular cuya curvatura se aproxima a los ojos.
Dentro de sus fauces surgen grandes dientes y colmillos, aunque sobresale un colmillo curvo en la comisura de la boca o, bien, se llegan a mostrar, incluso, dos o tres colmillos más. Finalmente, el cuerpo de este animal fantástico es muy alargado, pero tiene también cuatro extremidades provistas de garras que parecen ser de cocodrilo o de águila.
Es en las representaciones escultóricas donde más se enfatizan los rasgos serpentinos de la xiuhcóatl. Como ejemplos se encuentran las de la pirámide de Tenayuca que mencionamos, pero con la característica de que dichas serpientes aparecen enrolladas, del mismo modo que un gran número de serpientes esculpidas en esta forma según la clasificación de Gutiérrez Solana (1987, p. 57).
Imagen: Serpiente de fuego con elementos de jade y plumas. Códice Nuttall, lám. 79.
Foto: © The Trustees of The British Museum
Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Hermann Lejarazu, Manuel A., “Xiuhcóatl-nahualli en los adoratorios de Tenayuca”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 90-91.