En el Especial 40 de su revista, dedicada a los tlatoanis o tlatoque mexicas, se designa al medio hermano y sucesor de Moteuczoma Xocóyotl como “Cuitláhuac”, antropónimo que no es correcto, por más que sea de uso frecuente. Ya desde 1884 Alfredo Chavero, en el primer tomo de la obra México a través de los siglos, nombra “Cuitláhuac” a ese tlatoani, y lo mismo hacen tanto la inscripción en el monumento al héroe ubicado en el Paseo de la Reforma como los señalamientos viales de la importante avenida que recorre las delegaciones Miguel Hidalgo, Azcapotzalco y Gustavo A. Madero. Ahora bien, en todas las fuentes primarias el nombre de dicho tlatoani aparece siempre como “Cuitlahua” o, en la forma reverencial, “Cuitlahuatzin”. Convendría que se hiciera asimismo esta corrección en la nomenclatura oficial, como en su momento, a sugerencia de Salvador Novo, se aceptó la designación correcta de “Tlatelolco” en lugar de la acostumbrada y equivocada de “Tlaltelolco”. En cuanto al significado de “Cuitlahua”, el nombre puede interpretarse como “Dueño de excremento”; y al respecto debemos recordar que el excremento humano era objeto de comercio en la época prehispánica, pues se le utilizaba para curtir pieles. Menos probable parece la interpretación que se sugiere en la revista de “Excremento divino” o “Dueño de oro (o plata)”, porque entonces el nombre debería ser “Teocuitlahua”; tampoco convence la interpretación de “Dueño de tecuítlatl” o cuculin, que era una alga lacustre comestible, en cuyo caso el nombre debería ser “Tecuitlahua”. Por otra parte, “Cuitláhuac” (abreviación de “Cuitlahuacan”, que puede significar “Donde tienen excremento” o “En el excremento seco”) es el topónimo antiguo correspondiente a la actual delegación de Tláhuac. Y ya que estoy señalando correcciones pendientes, también debería corregirse el nombre de Tetlepanquetza, tlatoani de Tlacopan que fue torturado y ahorcado al lado de Cuauhtémoc, pues en un costado del monumento a Cuauhtémoc, situado igualmente en el Paseo de la Reforma, se le llama equivocadamente “Tetlepanquétzal”. “Te-tlepan-quetza” es una frase nominal que significa “Él pone a la gente sobre el fuego”, lo cual indica una función sacerdotal; la supuesta raíz quétzal, que se referiría a la “pluma larga de quetzal”, no interviene en la formación del nombre del tlatoani Tetlepanquetza.
Rafael Tena (Carta a la redacción publicada en Arqueología Mexicana núm. 113, p. 6)