Todos estamos de acuerdo, Alfredo López Austin fue uno de nuestros investigadores más importantes e influyentes. A lo largo de su carrera produjo un abundante corpus de publicaciones plenas de reflexiones y propuestas sobre las sociedades indígenas, en especial en lo relativo a la cosmovisión. A este tema dedicó el querido profe Alfredo sus mejores afanes: lo investigó, reflexionó sobre él, le dio las vueltas necesarias para encontrarle la forma y el sentido y, por último, pero no por ello menos importante, se preocupó por difundir sus conclusiones con la intención de ponerlas a discusión.
Buscaba así estimular su propio quehacer e incitar a colegas y alumnos a profundizar en el tema. Estableció un constante diálogo, al que sin duda contribuían las ya míticas clases que impartía en la UNAM. Los que tuvimos la fortuna de asistir a ellas podemos dar cuenta que lo de Alfredo era la innovación constante, encontraba aspectos hasta entonces no considerados y aquellos ya conocidos los veía y relacionaba de manera distinta. El artículo inédito que ofrecemos aquí a nuestros lectores es un ejemplo claro de todo ello.
Con gran erudición y sensibilidad para detectar los aspectos fundamentales del papel de la Luna en la cosmovisión indígena, hace un recuento documental que nos muestra la coherencia de sus múltiples y variados aspectos. Es en este sentido que nuestro autor hace acompañar su propuesta (que con tino llamó fases y faces de la Luna) de un extenso cuadro de referencias que será de gran utilidad en las investigaciones de quienes le tomen la palabra y profundicen en el tema.
Nuestros lectores habituales notarán que el dosier que ahora presentamos es atípico, pues los temas centrales siempre han estado conformados por artículos hechos por varios autores, pero la ocasión ameritaba una excepción. Creemos que las razones de esta decisión están explicadas líneas arriba y que quizá sólo resta añadir que esta revista, esta casa editorial, no tiene para Alfredo López Austin más que una gran admiración, un enorme cariño y un profundo agradecimiento por su generosidad, a la que debemos, además de numerosos artículos, cinco ediciones especiales (con los números 68, 69, 70, 83 y 92) dedicadas a la cosmovisión mesoamericana que, a juzgar por los comentarios que frecuentemente recibimos se han convertido en referencias esenciales para los interesados en este tema.
Para Arqueología Mexicana es todo un honor poner a disposición de nuestros lectores este texto, lo cual ha sido posible gracias a la confianza que depositaron en nosotros dos muy queridos amigos, Martha Luján, compañera de vida de Alfredo, y su hijo Leonardo López Luján. Mil gracias de nuestra parte y de todos los lectores que se beneficiarán del trabajo que aparece en las siguientes páginas.
Imagen: Coyolxauhqui, monolito mexica del Templo Mayor de Tenochtitlan. Museo del Templo Mayor. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial. Editor de la revista Arqueología Mexicana.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vela, Enrique, “Nota del editor”, Arqueología Mexicana, núm. 186, pp. 22-23.