Fiesta de la Santa Cruz

Un rasgo particular de las celebraciones del calendario católico en México es su sincretismo con el de festividades prehispánico, fuertemente asociado con el ciclo agrícola. Así, algunas fiestas que nominalmente están dedicadas a alguna de las entidades o santos católicos están más relacionadas, en sus ritos específicos y sus intenciones, con las concepciones prehispánicas. Es el caso de la celebración de la Santa Cruz que se inicia muchas veces el 25 de abril, día de San Marcos, si bien el día principal es el 3 de mayo. De acuerdo con Alfredo López Austin (2016), se agradece a las fuerzas de la vida los frutos recibidos en la mitad seca del año, al tiempo que se festeja el fin de la temporada, y se pide que las lluvias permitan el nacimiento y crecimiento de la vegetación. Según Johanna Broda (2016) esta celebración corresponde a la fiesta mexica de huey tozoztli y sus características tienen que ver con la proximidad del inicio de la época de lluvias. Se implora la fertilidad y la lluvia desde las cumbres de los cerros ancestrales y se consagra al maíz para la siembra, así como el agua de los pozos y los manantiales. La fiesta de la Santa Cruz demuestra la supervivencia hasta el día de hoy de este importante nexo entre los ritos de la siembra, la petición de lluvia y el culto a los cerros que estaba presente en los ritos prehispánicos. Se celebra en todo el territorio de la antigua Mesoamérica, en México y Guatemala, entre nahuas, tlapanecos, mixtecos, otomíes, mixes y mayas.

 

 “Día de la Santa Cruz ”, Arqueología Mexicana, Especial 77, pp. 44.