En las fauces de Leviatán
Los metzcas
Aquel pueblo rebelde tenía vigorosos antecedentes históricos. Su composición, según Davies (1968, pp. 22- 24), era heterogénea, con una importante proporción otomí y una posible supremacía cultural y política de grupos olmeca-xicalancas. Tras la llegada de los chichimecas de Xólotl a la cuenca lacustre a fines del siglo XII, grupos otomíes de la parte norte de este territorio formaron el señorío de Xaltocan (1220) (Carrasco Pizana 1950, p. 258). En 1272 Metztitlán se sumó a los xaltocamecas como señorío tributario, estableciendo así una fuerte barrera en el noroeste, frente a los huastecos. Los posteriores conflictos de los metzcas y otros pueblos contra los chichimecas de la cuenca, gobernados por Quinatzin (1355) puso en riesgo al señorío; pero los metzcas se libraron del asedio chichimeca derrotando a los enemigos.
En 1395, Xaltocan cayó ante los tepanecas de Azcapotzalco, que en ese tiempo era el reino más importante de la cuenca. Muchos de los otomíes xaltocamecas se refugiaron en Metztitlán (Carrasco Pizana, 1950, p. 266), señorío que desde entonces se consideró independiente. Pocos años después Azcapotzalco sería derrotado, y una nueva fuerza hegemónica se iniciaría con la llamada Triple Alianza o excan tlahtoloyan de Mexico- Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan (1430). Muy pronto, las pretensiones expansivas de los mexicas dirigieron sus hostilidades hacia el norte, con un objetivo final en la Huasteca. En el trayecto, Metztitlán era un territorio codiciado. Sin embargo, las fuerzas mexicas no pudieron derrotar jamás a los metzcas, ante lo cual, desde tiempos de Motecuhzoma Ilhuicamina, fueron rodeando al señorío indómito.
El más fuerte ataque directo contra Metztitlán fue el de Tízoc; pero el tlahtoani mexica sufrió una dura derrota. Fue su sucesor, Ahuítzotl quien por fin completó el cerco; pero los metzcas no se rindieron, pese a que aquel bloqueo los privaba del comercio mercantil de la sal que tanto necesitaban para su alimentación. Dos factores fueron muy importantes en la independencia de Metztitlán: primero, su territorio abrupto, incluido el carácter casi inaccesible de su capital; segundo, el entrenamiento militar producto de una lucha permanente no sólo contra los mexicas, sino contra los tlaxcaltecas, los huastecos y muchos otros de sus vecinos.
... Sólo pudo derrotarlos la noticia de la llegada de hombres que derrocaron la mayor y más temida capital de aquella época: Mexico-Tenochtitlan. Pero todavía Cortés alcanzó a valorar la destreza en las armas de aquella gente en la cuarta de sus Cartas de Relación: “…Tututepeque y Mezclitan, de tierra asaz fuerte, bien usitada en el ejercicio de las armas”.
Imagen: Mapa de la “Relación de la Alcaldía Mayor de Meztitlan y su jurisdicción”. Documento de Gabriel de Chávez, fechado en 1579. Digitalización: Raíces. Derecha: A fines del siglo XIV, los tepanecas de Azcapotzalco derrotaron a los xaltocamecas. Muchos expulsados de la capital insular de Xaltocan huyeron a refugiarse en Metztitlán. Esto consolidó el señorío norteño. Ilustración Digital: Raíces.
Alfredo López Austin. Doctor en historia por la UNAM. Investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Juan Benito Artigas Hernández. Doctor en arquitectura, profesor emérito por la Facultad de Arquitectura, UNAM. Sistema Nacional de Investigadores, nivel 3. Premio Federico Sescosse Lejeune 2015, ICOMOS México, UNESCO.
López Austin, Alfredo y Juan Benito Artigas Hernández , “En las fauces de Leviatán”, Arqueología Mexicana, núm. 157, pp. 18-27.
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