La eterna guerra por las grandes aguas
En 687 d.C. se inició una serie de eventos desastrosos que culminaron con la captura del dios vivo de Popo, el señor de los espíritus; el gran chamán fue atrapado por los guerreros del reino maya del hueso y de las grandes aguas (Palenque). Este hecho transformaría por completo el paisaje urbano de Popo, para empezar, las tres principales estructuras arquitectónicas del mundo Clásico: el Templo del Noroeste, la cancha del Juego de Pelota y el Palacio del Inframundo, que fueron matadas ritualmente y enterradas parcial o completamente.
En la cancha del Juego de Pelota, las seis serpientes de estilo teotihuacanoide, las waka chan, son destruidas en más de 400 fragmentos y enterradas junto con otros elementos de influencias extranjeras, como las imágenes de Tláloc, los trajes de gobernantes excesivamente emplumados y los símbolos de guerra acuática. Todos los fragmentos de infinidad de esculturas en piedra y estuco de esa época se colocaron entre cientos de toneladas de escombros provenientes de la destrucción de los mismos edificios, con los que fueron rellenados los pasillos de las antiguas casas del señor de los descarnados y el inframundo.
Se elimina del paisaje urbano la relación mantenida con el Altiplano Central y con el culto al inframundo y las montañas. Es por esto que los fantásticos tronos monumentales del monstruo de la tierra fueron destruidos y enterrados; sobre sus ruinas se colocaron pequeños tronos decorados con la serpiente bicéfala de hueso blanco
Sobre esta destrucción masiva del mundo del Clásico se construyó la imagen de un nuevo universo, donde el poder se fragmenta en el diseño arquitectónico.
Imagen: La cancha del Juego de Pelota de Popo (Toniná) tiene dos tipos de marcadores; primeramente se usaron las representaciones de las seis serpientes celestes, que son los seis dardos solares que conforman los caminos y la bóveda celestes. En 688 d.C. se les destruyó y en su lugar se colocaron al menos diez esculturas de cautivos humillados que representan a los aliados o subordinados de los jugadores de pelota de Palenque y Copán. Las esculturas tienen brazos y manos hacia atrás, atados con fuertes lazos. Juego de Pelota y Museo de Sitio. Toniná, Chiapas. Fotos: Agustín Uzárraga / Raíces.
Juan Yadeun Angulo. Maestro en ciencias antropológicas especializado en arqueología. Doctor en sociología de la UNAM. Investigador de la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Yadeun Angulo, Juan, “K’inich Janahb’ Pakal II (Resplandeciente escudo Ave-Janahb’) (603-683 d.C.). Palenque, Chiapas”, Arqueología Mexicana, núm. 110, pp. 52-57.
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