Jíkuli y bakánoa. Representaciones culturales rarámuri sobre las plantas curativas
La recolección de ambas plantas, jíkuli y bakánoa, tiene prescripciones rituales similares, que deben seguir los especialistas: tomarlas de determinada manera trazando una cruz en el suelo frente a ellas, así como ofrecerles algunas palabras. Desde el primer momento de contacto con las plantas, las personas entablan una relación de intercambio que se considera recíproca y en la que ambas partes se beneficiarán.
En todos los ámbitos de la vida rarámuri (trabajo, ritualidad, gobierno, etc.) se manifiesta una relación recíproca entre personas, grupos familiares y la colectividad más amplia de cada pueblo, lo cual es signo de las relaciones sociales ideales. En ese sentido, los alimentos son el elemento principal que se comparte en diferentes momentos de la vida cotidiana, y dicha práctica se extiende a las relaciones con deidades, antepasados y demás seres que habitan su mundo.
Así, las personas tienen el compromiso de compartir alimentos con todos ellos, incluidos bakánoa y jíkuli, con la finalidad de mantener una relación de reciprocidad estable a cambio de los beneficios y la salud otorgados.
Usos medicinales
Debido a sus propiedades medicinales, ambas plantas son usadas para ciertos padecimientos físicos vinculados con el cuerpo de las personas. Por ejemplo, se ha descrito que el jíkuli se usa para problemas de corazón, diarreas, dolores musculares y reumáticos, hígado o nervios, mientras que la raíz de bakánoa se usa para curar las heridas y malestares en el cuerpo, las picaduras de animales ponzoñosos y para infecciones de la boca y la garganta (Cardenal, 2007).
Imagen: Barranca del río Batopilas. Foto: Marco Vinicio Morales Muñoz.
Marco Vinicio Morales Muñoz. Doctor en antropología por el CIESAS. Investigador del Conacyt, dentro del Programa Cátedras Conacyt, y comisionado al INAH para realizar funciones en el posgrado en antropología social de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México.
Morales Muñoz, Marco Vinicio, “Jíkuli y bakánoa. Representaciones culturales rarámuri sobre las plantas curativas”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 58-63.