Como en el número anterior de esta revista se mencionó, el virrey don Luis de Velasco, atendiendo las quejas del pueblo, solicitó la venida de un juez para que pusiera orden en Tenochtitlan, ante la desobediencia de don Diego de San Francisco Tehuetzquititzin y los miembros de su cabildo por acatar las nuevas leyes. El juez elegido para esta ocasión fue don Esteban de Guzmán, noble de Xochimilco, de la parcialidad de Tepetenchi. A Tenochtitlan llegó el 15 de junio de 1554.
Debido a que Tehuetzquititzin murió poco antes de llegar don Esteban, éste se quedó en calidad de juez-gobernador mientras hacía sus averiguaciones y se involucraba en otros asuntos. En los códices lo reconoceremos siempre por ir acompañado de su vara de juez y por su nombre cristiano, representado por un ojo (ixtli) y una bandera (pantli), elementos que reproducen un sonido parecido al de la primera y última sílaba del nombre Esteban (“ixpan”). En alguna ocasión también aparece frente al virrey que lo mandó llamar.
Ahora bien, parece que los macehuales y oficiales tenochcas no quedaron muy satisfechos con la labor del juez, pues “por ir a otras partes no lo averiguó ni se les pagó”. Se referían al pago del tributo y el servicio personal que en su tiempo dieron a Tehuetzquititzin, y que por las nuevas disposiciones del virrey ya no estaban obligados a dar. Sea como fuere, entre las labores de don Esteban de Guzmán también estaba la de elegir al nuevo gobernador. Lo hizo el 5 de enero de 1557, con la anuencia del virrey. El elegido fue don Cristóbal de Guzmán Cecetzin, quien diez días después de asumirlo, dejó su cargo.
Cecetzin o Cecepatic, como también aparece escrito su nombre, era hijo de don Diego de Alvarado Panitzin, primer gobernador de Tenochtitlan, y de doña Francisca Moctezuma, hija de Moctezuma Xocoyotzin. Era, asimismo, hermano del cronista don Hernando de Alvarado Tezozómoc. En los códices reconocemos a Cecetzin o Cecepatic por el glifo de unas hojas o de una planta que, en mi opinión, se refieren a un tipo de planta medicinal conocida como cececpatli. Y mientras la palabra cecec hace alusión a una “cosa muy fría”, patli es la planta medicinal propiamente dicha.
Pues bien, como antes se dijo, don Cristóbal de Guzmán Cecepatic fue elegido por el juez de Xochimilco que vino a enjuiciar a Tehuetzquititzin y que, dadas las circunstancias, se quedó como juez-gobernador hasta elegir a un sucesor. Tres motivos pudieron contribuir a su elección:
1. La pertenencia de Cecetzin al linaje de Axayácatl, cuyos miembros parece que eran los que tenían mayor legitimidad para acceder al trono de Tenochtitlan.
2. Los lazos de parentesco entre ambos personajes, pues es de notarse que don Cristóbal siempre hizo gala del apellido del juez que lo había aupado al poder. En este sentido, no puede obviarse que la hija de don Esteban de Guzmán (María) se había casado con un nieto de Axayácatl (Francisco Omacatzin), y aunque el hijo de ambos emparentó con los descendientes del linaje de Tizocic, es muy significativo que el nieto del juez adoptara como apellido el nombre de Axayácatl y no el de Tizocic.
María Castañeda de la Paz. Doctora en historia por la Universidad de Sevilla, España. Investigadora del IIA de la UNAM. Estudia la historia indígena prehispánica y colonial del Centro de México, y se especializa en la nobleza, la heráldica, la cartografía y los códices históricos indígenas.
Castañeda de la Paz, María, “La casa real de Tenochtitlan. Del juez don Esteban de Guzmána a don Cristóbal de Guzmán Cecetzin”, Arqueología Mexicana, núm. 160, pp. 16-17.