Cuauhnáhuac y Huaxtépec
En vísperas de la conquista española, dos grupos de filiación cultural náhuatl que se habían establecido desde el siglo XIII en el territorio actualmente conocido como estado de Morelos, son nombrados en las crónicas del siglo XVI como tlahuicas o tlalhuicas y xochimilcas. Los primeros ocuparon predominantemente la “tierra caliente”, Tlahuic o Tlalhuic (tlahuic significa literalmente “lugar de la luz”; lalhuic, “hacia la tierra”). Los xochimilcas, cuyo centro de poder era Xochimilco, se asentaron en la ribera meridional
del lago dulce del mismo nombre. El fraile dominico Diego Durán, en su Historia de las Indias de Nueva España e Islas de tierra firme (1967, II, p. 22), refiere que los xochimilcas extendieron sus dominios hasta Tuchimilco (u Ocopetlayuca), al este de Puebla, así como al abrupto corredor del noreste de Morelos, donde se encontraban poblaciones como Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan, Tlalmimilulpan, Xumiltepec, Tlacotepec, Zacualpan, Temoac, Tlayacapan, Totolapan y Tepuztlan.
En el territorio morelense, localizado al sur de la Cuenca de México, los mexicas impusieron una estructura político-territorial en dos “provincias” tributarias (o huey altépetl): Cuauhnáhuac y Huaxtépec. Las provincias tributarias consisten en las 38 provincias que se incluyen en la nómina de tributos en especie de la Matrícula de Tributos y el Códice Mendocino (Smith y Berdan, 1992, p. 356).
De acuerdo con la Matrícula de Tributos (considerada de origen prehispánico) y el Códice Mendoza (mandado hacer por el primer virrey en la Nueva España: don Antonio de Mendoza, 1535- 1550), la provincia de Cuauhnáhuac estaba formada por un total de 16 pueblos; abarcaba todo el oeste del actual estado de Morelos (con una pequeña parte del estado de Guerrero): desde Huitzilac, en el norte, hasta Teocaltzingo, en los límites con Guerrero. La provincia de Huaxtépec se componía de 26 pueblos. El territorio incluía casi todo el este de Morelos, con excepción del espacio enmarcado en la parte sur del volcán Popocatépetl, donde se sitúan Ocuituco, Tlacotepec, Zacualpan y Temoac.
Durante ocho décadas ambas provincias intervinieron en un sistema de dominio y explotación, esto es, desde 1438 (aproximadamente), año en que los mexicas conquistaron dicho territorio, hasta 1519 (Maldonado Jiménez, 1990).
Con la conquista militar española, Cuauhnáhuac y Huaxtépec, que configuraban dos unidades político-territoriales fundamentales en la estructura del imperio mexica, fueron fragmentadas en siete “cabeceras” con sus respectivos pueblos sujetos: Cuauhnáhuac al este; la provincia de Huaxtépec, al oeste, fue dividida en cinco cabeceras: Huaxtépec, Yauhtépec, Tepoztlan, Yacapichtlan y Totolapan; Ocuituco formaba una cabecera aparte, que tributaba a México-Tenochtitlan por medio de Xochimilco (Maldonado Jiménez, 1990). Una cabecera era una capital donde había un gobierno indígena local (Gibson, 1977, p. 37).
Druzo Maldonado Jiménez. Doctor en antropología. Profesor- investigador de la ENAH, donde coordina la investigación: “Procesos de cambio. Historia y antropología del Centro de México”. También desarrolla el proyecto “Historia y etnografía de Morelos”.
Maldonado Jiménez, Druzo, “La Colonia en Morelos”, Arqueología Mexicana, núm. 153, pp. 63-67.
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