La comida fermentada

Alaya Johnson

La fermentación y la comida de los dioses

La fermentación se puede concebir como la acción alimenticia de la podredumbre. Juega entre los límites de las categorías de podrido/comestible, muerto/vivo e inframundo/ tierra. Si el pulque ocupa el lado frío y oscuro de la fermentación, los platillos xoco corresponden a la naturaleza caliente del fuego del inframundo (se fermentan bajo el sol o al lado del fogón). Es una forma sagrada de alimentarse de la podredumbre, formando así una etapa clave en el ciclo altamente sagrada de la muerte > fermentación/ putrefacción > regeneración.

Se notan aspectos de este ciclo en el uso ritual de los platillos xoco en las veintenas huey tozoztli, tóxcatl, huey tecuílhuitl, tepeílhuitl, títitl, así como en una fiesta antigua otomí. Sin embargo, este ciclo simbólico sobresale como parte de la fiesta de atamalcualiztli, “el comer de los tamales de agua”, celebrado cada ocho años. Al final de esta fiesta, se desayunaban con xocotamalli para celebrar el renacimiento ritual del maíz después de ocho días de luto por su muerte.

 

Alaya Johnson. Maestra con mención honorífica por el posgrado en estudios mesoamericanos de la UNAM con la tesis “Xocoatolli y xocotamalli. Preparación, historia y semiótica del maíz en estado liminar”. Ha participado como ponente sobre el tema de la alimentación prehispánica en varios congresos internacionales.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Johnson, Alaya, “Los platillos fermentados en la comida ritual mexica y otomí”, Arqueología Mexicana, núm. 168, pp. 36-39.