La grana cochinilla de México se exporta al mundo. Siglo XVI

Enrique Vela

México

Posclásico Tardío. La cantidad de grana tributada anualmente a Tenochtitlan, 65 cargas, podría haber alcanzado la cifra de unas 9 750 libras. También se obtenía por comercio, y ya procesada se vendía en los mercados en forma de “panes”.

A la llegada de los españoles, las principales zonas de cultivo de grana cochinilla eran Tlaxcala, Huejotzingo, Cholula, Tepeaca, Tecamachalco y algunas regiones de Oaxaca.

Mundo

1523. Hernán Cortés informa a Carlos V de la existencia de un tinte rojo, la grana cochinilla, que sería de gran utilidad para teñir textiles.

Durante tres siglos fue el segundo producto más importante exportado a España y Europa desde la Nueva España, sólo detrás de la plata y antes que el oro. Fue el tinte más caro del mundo y uno de los más utilizados.

En 1464 el Papa Pablo II estableció el uso del “morado obispo”, en realidad un rojo intenso que se obtenía del quermes. En el siglo XVI, éste fue sustituido por la grana cochinilla proveniente de la Nueva España, que se utilizó para teñir los trajes, cortinas y tapices del catolicismo.

Desde la Edad Media el rojo era un color de alta demanda por las clases altas, era un símbolo de poder y riqueza. A partir de la introducción de la cochinilla mexicana, este tinte fue el preferido para dar color a los textiles de los monarcas, la nobleza y los oficiales de toda Europa.

El principal puerto de entrada de la cochinilla procedente de Veracruz fue Sevilla. De ahí se distribuía a otras ciudades europeas.

Después de la conquista se siguieron elaborando documentos indígenas con grana cochinilla, como el Códice de Huejotzingo, aunque su uso sin duda se redujo y se utilizaron otra clase de pigmentos para señalar el rojo.

1526. Llega a España el primer cargamento de cochinilla. En esta década y la siguiente llegan a Sevilla otros embarques con pequeñas cantidades para hacer experimentos.

Por su gran de demanda y sus características, como su poco peso, se le equiparó con otros productos valiosos de la época, como la seda, las especies y los metales preciosos, al grado que incluso se llegó especular con ella.

1554. Ya se registran grandes envíos de cochinilla a un precio elevado.

La cochinilla tenía hasta doce veces más capacidad de teñir que el quermes, además de que producía colores más intensos y duraderos. Por ello, apenas unas décadas después de su introducción a Europa lo desplazó totalmente. Venecia no sólo era sede de una importante industria textil, en la que se empezó a utilizar cochinilla a partir de 1540, también era un centro de venta de pigmentos para los artistas, lo que contribuyó a que la grana fuera rápidamente adoptada por los pintores.

El tinte de grana cochinilla tenía un elevado costo, lo que hacía que las prendas y los objetos pintados con él se convirtieran en símbolo de estatus y riqueza. El uso de la cochinilla en la pintura se debió, en un principio, a la intención de reflejar los colores de las telas teñidas con ella.

Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.

 

Vela, Enrique, “Grana cochinilla”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 80, pp. 60-89.