Mosaicos de plumas
Este texto es una conferencia que se presentó en el otoño de 2022 en el Museo Nacional de Antropología, en el marco de la Cátedra Eduardo Matos de la Universidad de Harvard, que ahora se ha adaptado para constituir un número especial de Arqueología Mexicana.
Para el siglo XV, el arte del mosaico y el enlazado de plumas había alcanzado un alto desarrollo tecnológico y de saberes que dominaban artistas y artesanos especializados de algunos de los centros urbanos del imperio mexica.
Durante el reinado de Moctezuma II, las plumas y los objetos que se producían con ellas circularon en grandes cantidades a través del tributo, el comercio, el intercambio y los dones (Filloy Nadal y Moreno Guzmán, 2017). Una fuente fundamental para la comprensión de los valores sociales y económicos de las materias primas durante el Posclásico es el Códice Mendoza.
En una de sus páginas se mencionan algunos de los artesanos que laboraban en Tenochtitlan, y se especifica que dichas profesiones eran heredadas de padres a hijos, lo que apunta a un tipo de organización por barrios y por grupos especializados. Los plumajeros mexicas tenían a su disposición las materias primas y productos semiterminados que arribaban a Tenochtitlan de todo el imperio gracias a las complejas redes de comercio y tributo.
Imagen: Plumas que tributaba la provincia de Xoconochco. Códice Mendoza, f. 47r. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Laura Filloy Nadal. Restauradora por la Escuela Nacional de Conservación, INAH, tiene una maestría y un doctorado en arqueología por la Sorbona de París. Es curadora asociada de las colecciones de América antigua en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Filloy Nadal, Laura, “Mosaicos de plumas”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 111, pp. 48-61.