La religión es un producto de la actividad cotidiana del hombre. Es el resultado de la necesidad práctica de entender y manejar una realidad compleja compuesta por el medio natural, la sociedad y su propia interioridad. En la construcción de la religión mexica predomina la herencia de una milenaria actividad agrícola, procesada y transformada a lo largo del tiempo.
Una religión mesoamericana
La comprensión de una realidad histórica remota, como lo es la religión mexica, es producto de una ardua labor científica. En este sentido, está condicionada por el enfoque particular y muy diverso de los investigadores que a lo largo del tiempo se han dedicado a su estudio. Así, el entendimiento de la cosmovisión mexica se ha ido enriqueciendo a la par de los avances en el estudio de las numerosas fuentes, indígenas y españolas, y en especial de los numerosos hallazgos arqueológicos.
La vida ritual
La religión es básicamente una acción regida por la práctica inveterada. Como la creencia, constituye un sistema. En este caso fundamentalmente desemboca en una técnica, en un sistema de comunicación con la sobrenaturaleza. La acción cultural tiene como uno de sus ejes la adecuación de la voluntad de los dioses al tiempo-espacio mundano, con el propósito de que el agente pueda satisfacer sus necesidades de subsistencia. En este sentido, los rituales eran fundamentales y en el caso de los mexicas, un conjunto de ellos tenía gran importancia: las fiestas de los meses del año solar.
Tomado de Arqueología Mexicana núm. 91, pp. 20-23.
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