En memoria de Alfredo López Austin
Jean Charlot
Charlot no se limitó a dibujar sus ilustraciones. Escribió un análisis detallado de los relieves para el primer volumen de la publicación (The Temple of the Warriors at Chichén Itzá, Yucatan, publicados por Earl H. Morrisy Anne Axtell Morris). Después de describir con detalle las características de cada uno de los tableros, estableció algunas ideas sobre los métodos de trabajo que pudieron haber tenido los pintores y escultores antiguos, y llegó a la conclusión de que seguramente aquellos colegas utilizaban bocetos preliminares de algún tipo.
Hizo mucho énfasis en un dibujo al carbón encontrado en una de las salas del templo (Morris, Charlot y Morris, 1931, pp. 233-260). Por lo demás, en su análisis de los relieves Charlot usó categorías que eran propias de la crítica de arte en la primera mitad del siglo XX: “El estilo artístico del templo de Chac Mool no es impresionista, sino estrictamente constructivo. El artista sólo podía pintar su asunto añadiendo detalle al detalle, hasta concluir. Más aún: no podía apartarse mucho de una enumeración realista y sistemática de las vestimentas y accesorios, debido a su significado simbólico aceptado” (Morris, Charlot y Morris, 1931, p. 264).
Además de contraponer el “impresionismo” al estilo “constructivo” –como fue frecuente en las teorías del arte de las vanguardias europeas– en las siguientes frases el pintor se detiene un poco en la crítica de arte para explicar las características de los relieves usando una noción que estaría en el centro de los debates teóricos de la modernidad: el “estilo”, como motor y codificación del sentido de lo visible:
“El tamaño desproporcionado de las flores, en comparación con el tamaño de quien las lleva, es probablemente una libertad que se tomó el escultor, quien exageró el tamaño para llenar el espacio en el fondo”. Y es que, a decir de Charlot, los mayas padecían el “horror al vacío” frecuentemente atribuido a las artes del barroco (Morris, Charlot y Morris, 1931, p. 282).
Más aún: habiendo participado en distintos movimientos artísticos que rechazaron las reglas académicas del arte, atribuyó al arte de los mayas algunas normas semejantes a las de las academias, mismas que servían para mediar entre “la norma artística y la representación realista”. Y eran reglas, a su parecer, no tan distantes de las adoptadas en Europa: “la proporción adoptada para representar el cuerpo humano se puede fijar aproximadamente en 6 cabezas y media […] con respecto al cuerpo” (Morris, Charlot y Morris, 1931, p. 320).
Imagen: Jean Charlot, “Portions of Sculptured Panels from Fill Above Temple of the Chac Mool”, 1931, litografía. Publicada en The Temple of the Warriors…, 1931, lám. 19. Y “Temple of the Chac Mool. Column 4”, 1931. Publicado en The Temple of the Warriors…, 1931, lám. 35. Fotos: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Renato González Mello. Doctor en historia del arte por la UNAM. Curador del Museo Carrillo Gil (1989-1992), Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
González Mello, Renato, “Jean Charlot”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 105, pp. 50-53.