Para muchos estudiosos, los documentos que conforman el Grupo Borgia se encuentran entre las mejores expresiones artísticas del México antiguo. Se trata de un conjunto de documentos que tienen en común el estilo y la temática. Cada uno posee un contenido calendárico ritual, el llamado tonalámatl, “almanaque de los destinos”, con el cual –siguiendo la cuenta de los días del tonalpohualli, ciclo ritual de 260 días– se realizaban predicciones favorables y desfavorables en función de combinaciones específicas de días, deidades y aves sagradas. Muy pocos de estos auténticos manuales adivinatorios sobrevivieron, entre ellos los cinco documentos conocidos como del Grupo Borgia, a partir del nombre que recibe el que tal vez sea el más importante de ellos: el Códice Borgia. El resto de los códices de grupo son los siguientes: Códice Laud, Códice Vaticano B, Códice Cospi y Tonalámatl de los Pochtecas (Códice Fejérváry-Mayer).
Todos se encuentran en Europa, adonde llegaron de maneras que hoy desconocemos, aunque seguramente su colorido y llamativo aspecto sin duda atrajeron la atención de quienes los trasladaron allá. Quien los identificó como un grupo fue el notable estudioso Eduard Seler, quien en 1887 inició el estudio e interpretación de su contenido, que aún hoy es base para las investigaciones modernas. Estos estudios, junto con las contribuciones de especialistas como Kart Nowotny, entre otros datos, han contribuido a abundar de manera fundamental en la gran complejidad de la vida ritual de los pueblos de la época prehispánica.
El mayor enigma respecto a los códices del Grupo Borgia es el de su origen, sobre todo si se toma en cuenta que no se tiene idea alguna de su procedencia. Por su estilo, varios autores han propuesto que deben de proceder de una región que abarcaba Puebla y Tlaxcala. Esta suposición se basa en el hecho de que en esa región se han localizado evidencias arqueológicas –principalmente cerámica y pintura mural– con un estilo similar al de los códices del grupo. Otros autores han propuesto, también en función de criterios estilísticos, que proceden de la Mixteca, aunque la opinión más aceptada es la primera. Entre los elementos que se mencionan para relacionar los documentos del Grupo Borgia con el área de Puebla.Tlaxcala se encuentran las pinturas murales de Tizatlán, Tlaxcala, de un estilo y una iconografía bastante similares a los códices Borgia y Cospi. Lo mismo sucede con las pinturas de Ocotelulco, Tlaxcala, y La Mesa, Puebla. Por otro lado, en esta misma región, principalmente en sitios como Cholula, Puebla, es frecuente la cerámica policroma decorada con un estilo bastante parecido al de los códices del Grupo Borgia. Por último, cabe mencionar que algunos autores han propuesto que dos de los códices del grupo –casi idénticos en estilo–: el Laud y el Fejérváry-Mayer, proceden de la región del Golfo de México.
Tomado de Arqueología Mexicana, Edición especial núm. 31, Códices prehispánicos y coloniales tempranos. Catálogo, pp. 24 - 25.