Los toltecas chichimecas como calpoleque

Francisco González Hermosillo Adams

Migración de los toltecas chichimecas

Folio 8r

Llegada de los toltecas chichimecas como calpoleque al Tlachihualtépetl

Una vez que se describió el territorio y se exaltaron sus cualidades, en los dos siguientes folios (8r y 8v) se enlistan todos los grupos que integraban el contingente tolteca chichimeca que llegó al Tlachihualtépetl, divididos en cinco grupos. A su vez, cada sección estaba conformada por cinco grupos, encabezada por un caudillo al frente de sus respectivas filas.

Esto último en exacta repetición de la hipotética alineación cósmica de los cuatro puntos y el centro, formada por la noble dirigencia cívica y religiosa. Es lógico pensar que el contingente integrara además un grupo de servidores encargados de proveer todo lo necesario para su sobrevivencia. Nos referimos a los portadores de los fardos, de armamento y demás bastimentos; los encargados de conseguir los insumos necesarios para la preparación de los alimentos, tales como la madera para el fuego, la recolección de plantas silvestres y animales de caza; las mujeres que preparaban los alimentos y echaban las tortillas y aquellos dedicados al cultivo de productos de la tierra en los sitios en los que la expedición permanecía por varios años antes de reanudar su marcha.

De aquí en adelante, los primeros veinticinco dirigentes de la expedición se calificaron con el título de yn calmecactlaca tepeuani, “el conquistador de la gente del calmécac”, lo que denota que no sólo eran de noble estirpe, sino gente cultivada en los conocimientos religiosos y de gobierno, así como diestros en el arte de la guerra. La narración enaltece a esos esforzados personajes identificando a cada uno por sus nombres y situándolos en el orden preciso que ocuparon en la formación.

Primeramente, los ya referidos cinco líderes máximos, Icxicóuatl, Quetzaltehuéyac, Tezcahuitzil, Tololohuitzil y Cohuenan. En segundo lugar, se citan las cuatro secciones restantes con sus cinco dirigentes, cada uno siguiéndoles el paso. Algunos de ellos tuvieron un papel relevante en la historia de los toltecas chichimecas que aquí se desarrolla, o bien una participación en diversos rituales destinados a propiciar la gracia divina. Estos cuatro grupos seguramente estaban conformados por un indeterminado número de guerreros bien abastecidos de pertrechos de guerra, que se pueden leer directamente del original y que por razones de espacio no mencionaremos.

Continúa la lista con el registro de los calpoleque toltecas, “quienes tienen calpolli (casa grande)”, que comenzaron a llegar paulatinamente a fin de reagruparse con los otros miembros en las nuevas tierras. Ellos eran yn ima, yn icxi, “los pies y las manos” de los señores toltecas, sus macehuales, es decir, las familias plebeyas que proveían lo necesario para el sustento de la sociedad. Los calpoleque fueron arribando por turnos, poseyendo cada uno un nombre específico adoptado del linaje de los dirigentes que encabezaban la marcha de sus respectivos contingentes siguiendo la misma formación ritual de la expedición que los había antecedido tiempo atrás.

La narración describe cómo algunos fueron llegando al año, otros a los dos años y los demás varios años después. Se incluye una lista separada con subtítulos en tinta roja para llamar la atención sobre quiénes eran esos once grupos de calpoleque de los cuales tres se registraron en este folio enumerados bajo el siguiente orden: 1) los quetzalhuaque con siete dirigentes en la delantera; 2) los xiuhcalca con cuatro, y 3) los tecameca encabezados por cinco dirigentes.

Imagen: Historia Tolteca Chichimeca, f. 8r.  Reprografía: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

Francisco González Hermosillo Adams. Dirección de Estudios Históricos, INAH.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

González Hermosillo Adams, Francisco, “Historia Tolteca Chichimeca. Parte 1 (edición facsimilar) Segundo relato. Migración de los toltecas chichimecas”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 107, pp. 36-71.