Una parte significativa de nuestro conocimiento sobre las prácticas funerarias de Mesoamérica procede de la cultura zapoteca. Hay evidencias de prácticas funerarias de cierta complejidad desde épocas tempranas, que dan cuenta de la existencia de una elaborada concepción sobre la muerte y reflejan la compleja organización de esa sociedad. En Monte Albán, Oaxaca, la gran capital del Clásico, se han localizado más de un centenar de tumbas que arrojaron una gran cantidad de información sobre las prácticas funerarias no solo zapotecas sino mesoamericanas; entre esas tumbas se encuentra la famosa Tumba 7. En otros lugares de los Valles Centrales de Oaxaca se han encontrado, además de numerosos entierros, interesantes tumbas, como las de Zaachila, Mitla, Dainzú y Huijazoo.