En breve: los mascarones narigudos no representan al supuesto dios pluvial nombrado Chaak. Entonces ¿a quién?
Posibles candidatos
Al reanalizar la identificación de los mascarones y su variabilidad, fueron los detalles los que dieron pautas de reconocimiento, y se concretaron en ocho seres sagrados, que son los siguientes.
1) El monstruo wits se aprecia por tener cuerpo de víbora de cascabel y signos kawak (simulan “racimos de uvas”). Las trompas se decoran con “flores” y cruces curvilíneas alternadas, en tanto las mejillas repiten el kawak.
2) Los seres descarnados del inframundo ostentan mandíbulas de bordes ondulantes, muchas veces con lineas zigzagueantes u ondulantes en el interior, rasgo que señala sin duda su calidad ósea. En los arcos superciliares se ven huesos cruzados.
3) Rasgos distintivos de los nenúfares son pequeñas cruces que alternan con círculos. Suelen carecer de mandíbula. En ocasiones usan un tocado a manera de U invertida equivalente a los brotes de una flor.
4) Acerca de G III o Sol Jaguar Nocturno, su rasgo conspicuo y exclusivo es el diseño que le corre bajo los ojos y se proyecta torcido por encima de la nariz. Es patrono de la guerra y la muerte.
5) El maíz es uno de los más rápidos de identificar, pues no tiene trompa. A manera de tocado, porta diseños que simulan la planta y la mazorca Es exclusivo del Edificio Sur
del Cuadrángulo de las Monjas.
Imagen: Dos mascarones: Templo de Venus, Edificio Norte, Cuadrángulo de Las Monjas (arriba), y Palacio del Gobernador (abajo). Wits: la montaña. Uno de los ocho tipos de mascarones en Uxmal, Yucatán (derecha). Dibujos: Alfonso Arellano.
Alfonso Arellano Hernández. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM, especialista en epigrafía y estudios mayas. Entre sus publicaciones destacan El hombre maya en la plástica antigua, en coautoría con Beatriz de la Fuente, y Tortuguero: una historia rescatada; colaboró en la obra La pintura mural prehispánica en México, dirigido por Beatriz de la Fuente.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Arellano Hernández, Alfonso, “Los mascarones de Uxmal. Una nueva lectura”, Arqueología Mexicana, núm. 174, pp. 18-23.