Ofrendas de sangre y copal

Lorena Vázquez Vallin

A partir de 2009 y hasta 2017, bajo el Programa de Arqueología Urbana se realizaron trabajos de salvamento arqueológico y vigilancia para las obras de construcción del nuevo vestíbulo del Museo del Templo Mayor, debajo del área que actualmente ocupa la Plaza Manuel Gamio. Este espacio, ya desde la época prehispánica, ha sido un punto clave para entender la ritualidad del huei teocalli de los tenochcas, ya que constituye la plaza frontal del templo principal, en el sector dedicado a su deidad tutelar guerrera, Huitzilopochtli.

Se excavaron diversos contextos, entre ellos la mitad sur del Cuauhxicalco, un altar circular con un árbol, un téchcatl o piedra de sacrificios, varios niveles de piso de la plaza y un número importante de ofrendas asociadas a este contexto. Es dentro de este último grupo de evidencias que se encuentran las cuatro ofrendas que trataremos en este trabajo. Hoy el lector puede ver parte de estas ofrendas en las vitrinas de exhibición permanente del nuevo vestíbulo de acceso a la zona arqueológica.

Ofrendas con sahumadores

Los sahumadores eran objetos cerámicos portátiles utilizados para quemar resinas o plantas aromáticas, comúnmente copal. Consistían en un mango con remate decorativo, frecuentemente de cabeza de serpiente, y una cazoleta o cuenco con paredes caladas donde se colocaba el carbón para la combustión del copal. En el interior del mango se encontraban diminutas esferas de barro encapsuladas, las cuales, cuando se agitaba la pieza, producían sonidos parecidos a un sonajero o al siseo de una serpiente.

Fray Bernardino de Sahagún relata que los rituales de sahumado eran una parte integral de la vida mexica, y eran practicados por toda la población en general, incluyendo niños y adultos de ambos sexos. Eran de especial importancia para los sacerdotes en los templos. En las fuentes históricas se narra que la actividad consistía en colocar carbón en un sahumador, añadir la resina o plantas fragantes y orientar el recipiente hacia los cuatro puntos cardinales para luego depositar el contenido en un brasero.

Imagen: Cazoleta de sahumador, Templo Mayor. Foto: Proyecto de Arqueología Urbana (PAU)-INAH. Sahumador del tipo cerámico Texcoco Compuesto que aparece en la lám. 13 del Códice Borbónico. Destacan el remate de cabeza de serpiente y el calado en la cazoleta. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces.

Lorena Vázquez Vallin. Pasante de la licenciatura en arqueología por la ENAH. Jefa de campo del Proyecto Guatemala, 24. Investigadora del Programa de Arqueología Urbana del Museo del Templo Mayor.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Vázquez Vallin, Lorena, “Ofrendas de sangre y copal en la Plaza Oeste del Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 60-67.